La estructura que incluye la cafetería, sala de artesanías y la casa de los guardabosques se levantó con piedra volcánica. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Las construcciones ecológicas bioclimáticas no solo se basan en ahorrar energía a través de un adecuado sistema de calefacción, ventilación e iluminación natural, sino que usan tecnología moderna para no consumir energía innecesaria.
Por lo tanto, explica el arquitecto Rubén Pérez, se debe evitar construir instalaciones de uso público que sean de más de un piso, ya que esto representa más gastos en bombeo de agua, mayor impacto visual en el paisaje, más costo de inversión (cimientos, losas…), dificultad para el acceso de personas discapacitadas, entre otras causas.
La ministra del Ambiente, Lorena Tapia, explica que todas estas características hicieron que la remodelación del refugio del Chimborazo y la nueva cafetería del nevado se hayan construido con un sistema de aislamiento térmico.
En la cafetería, por ejemplo, se aplicó una técnica que permite conservar el calor ante las frías temperaturas que se registran en el lugar, entre 0 y 8 grados centígrados y su ubicación, a 5 000 metros de altura sobre el nivel del mar.
“Sus acabados son revestidos con madera con los más altos índices de calidad. Se utilizaron elementos naturales de aislamiento térmico como la madera de balsa, que es una especie nativa de rápido crecimiento”, añade Tapia.
Según Pérez, para realizar un sistema de aislamiento térmico adecuado -la base para el ahorro energético- durante la planificación del método constructivo se deben tomar en cuenta las tres formas por las cuales se transmite el frío o el calor: la radiación, la conducción y la convección.
En las instalaciones construidas en muchas áreas protegidas existen condiciones extremas de humedad, calor o frío, que no afectan solamente a la salud humana, al rendimiento del personal y al deterioro de los equipos electrónicos, sino que generan que se brinde un mal servicio a los visitantes.
El ingeniero Juan Carlos Naranjo cuenta que la solución a estos problemas, es el uso de un método que funcione, tanto en zonas cálidas como en frías.
En el primer caso, agrega Naranjo, logra que los acondicionadores de aire sean mucho más eficientes al no tener que luchar con paredes y techos calientes; mientras que en las zonas frías evitan la pérdida del calor interno, por lo que con pequeños calefactores ahorradores se pueden mantener las instalaciones con una temperatura aceptable.
Pero, aclara Tapia, el aislamiento no significa instalar materiales que bloqueen el frío o el calor solo en paredes y cubiertas, ya que para que todo funcione perfectamente es necesario realizar el aislamiento en el piso, la cubierta, en todas las paredes (incluso las de los baños y la cocina), en las puertas y las ventanas.
La razón es que las pérdidas de calor se pueden producir por cualquiera de estos sitios.
La efectividad del aislamiento depende de las características térmicas que tenga cada material de construcción, de la clase de material que se utilice y de que todos los elementos estén debidamente ubicados.
Por eso, en la zona construida en la Reserva Faunística del Chimborazo, se utilizaron las piedras del mismo volcán para levantar y reforzar las edificaciones.
En las salas del Centro Interpretativo, de Artesanías y las oficinas se instaló el sistema de calefacción en el piso. La cafetería, en cambio, lo tiene en las paredes.
La casa de los guardaparques cuenta con un panel solar para calentar el agua, mientras que en el refugio estos aparatos son para generar electricidad.