Los caballos están entrenados y pueden ser utilizados por personas que no tienen experiencia en cabalgar. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.
Las cabalgatas nocturnas son una opción para hacer turismo en Cuenca, en el sur del Ecuador. Subir en caballo a una montaña sin más luz que la de la luna y con una temperatura inferior a los 10 grados es un desafío a la prudencia, pero se lo hace. En la parroquia Tarqui, al suroriente de la capital azuaya, hay al menos cinco rutas para cabalgar, que se han convertido en un atractivo turístico.
La luna llena del jueves 30 de julio de 2015 fue la oportunidad para organizar esta actividad nocturna. El paseo se inició en una montaña de chaparro, como se conoce a los pequeños arbustos. En ese lugar, una hacienda privada, las personas pueden aprender sobre el cuidado de los caballos antes de iniciar el recorrido.
La preparación empieza 30 minutos antes, con el ensillado de los caballos, una tarea que requiere algo de experiencia para hacerlo sin que los animales se inquieten. De eso se encargó Carlos Machuca, quien escoge al animal de acuerdo con la experiencia del jinete para ofrecer más seguridad.
Luego de una hora de recorrer un camino estrecho y cubierto de vegetación, un grupo de turistas llegó hasta el cerro Yunga Alto, desde donde la luna se puede admirar de mejor manera.
Los caballos están entrenados para que cualquier persona, incluso sin tener experiencia se pueda montarlos, explicó Juan Muñoz, guía turístico de Terra Diversa, una de las agencias que ofrece este servicio.
Hay tours para cabalgar por horas o incluso de dos días, en el que se ofrece visitar las cinco rutas. Las personas que se aventuren a esta experiencia deben llevar ropa abrigada como chompas, gorras de lana, guantes…, así como botas de caucho. El valor de las cabalgatas varía de acuerdo con la ruta y hay desde los USD 30.