Sybel Martínez, del Grupo Rescate Escolar, apoya el #SpiritDay. La campaña también se desarrolla en Chile, Argentina, Estados Unidos y Europa. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO.
¿Qué pasa cuando un acto tan simple como salir a la calle de la mano de la persona que amamos genera rechazo y muchas veces desemboca en violencia? La lucha de las personas que pertenecen a la comunidad de Lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexo (Lgbti) es incesante. Su trabajo va encaminado a poder vivir en una sociedad que no frunza el ceño al verlos en la calle.
Con ese objetivo nació la campaña Spirit Day. Hoy 15 de octubre del 2015 se celebra a escala mundial el día de la no violencia y la lucha en favor de las personas Lgbti. La iniciativa surgió como respaldo a quienes han sido víctimas de bullying, es decir acoso, discriminación y mal trato por su orientación sexual.
Pamela Troya, activista de Glbti y vocera por la campaña Matrimonio Civil Igualitario en Ecuador, explica que esta es una fecha que se celebra desde hace cinco años. Empezó por iniciativa de Brittany MacMillan, adolescente canadiense.
Este día, las personas que rechazan la violencia contra las diferencias sexuales, visten ropa lila o ponen un efecto en la foto de perfil de las redes sociales con un velo de ese color. El lila es uno de los seis colores de la bandera Lgbti.
Pero el llamado no es solo a los miembros de esta comunidad, el mensaje busca regarse en toda la sociedad. Cada año, los activistas tratan de que personajes famosos hagan públicas fotos suyas uniéndose a la campaña.
Si alguien usa ropa lila este día, no significa que sea parte de la comunidad Lgbti, solo que la respeta y que está en contra del mal trato y la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Es un apoyo entre seres humanos, para poder vivir en una sociedad justa y humanitaria.
Las personas que quieren colaborar con esta iniciativa pueden tomarse fotografías y enviarlas con el hashtag #SpiritDay. Pueden adjuntar, además, un mensaje.
La campaña nació por el alto número de jóvenes que perdieron la vida debido al bullying escolar del que son víctimas las poblaciones Lgbti. Pamela cuenta historias de personas que han sido secuestradas, internadas en clínicas e incluso violadas con el afán de ‘curarlas’ y cambiar su orientación sexual. Otras que han perdido sus trabajos, sus amigos e incluso su familia.
Pamela Troya, de Matrimonio Civil Igualitario, pide sumarse a la campaña. Ella sostiene que el tema de la homosexualidad no se trata con normalidad. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO.
Troya es libre de pensar y decir lo que siente. Su confianza la ha llevado a luchar incluso en cortes para poder contraer matrimonio con su pareja lesbiana. Pero admite que no a todos les pasa igual. Por eso sostiene que este tipo de campañas sirven para que la sociedad entienda que cada vez son más las personas que aceptan lo diferente y se deje de lado el rechazo.
Llevar a cabo una campaña de este tipo en el país no es sencillo. El tema de la homosexualidad no se trata con normalidad. Aun hay silencios, tapujos o vergüenzas cuando se aborda el tema.
La iniciativa tuvo acogida en el país el año pasado, y fue difundida básicamente en redes sociales.
Sybel Martínez, del Grupo Rescate Escolar, también apoya la iniciativa. Reflexiona y dice que el bullying no distingue condición social, país, ni condición económica y que cualquier forma de violencia debe ser visibilizada y evitada. Por eso la importancia de esta campaña que se desarrolla además en Chile, Argentina, Estados Unidos y Europa.
Para ella, el objetivo es mandar un mensaje positivo que busque evitar el bullying homofóbico que se trata de acoso por tener determinada orientación sexual.
Sybel, quien ha trabajado a profundidad el tema de acoso escolar, afirma que ese tipo de discriminación existe en los colegios de la capital y ofrece un dato revelador: el bullying homofóbico ha producido cuatro veces más número de suicidios que otro tipo de bullying. Para ella es fundamental implementar sistemas de prevención en las escuelas.
Asegura que se necesitan políticas públicas y cambiar la visión de la sociedad. El bullying homofóbico aísla a la persona, la excluye y la expulsa por su condición sexual. Lo más grave es que en estos casos, el acoso no se limita a la escuela sino que llega incluso a los hogares.
La campaña, según Sybel, busca llamar la atención y trabajar para cambiar estos patrones de conducta y crear así una reacción social que sensibilice a la gente.
Precisamente, a propósito del Spirit Day, este sábado 17 de octubre, a las 17:00, se llevará a cabo la primera pedaleada contra el bullying homofóbico en Guayaquil y Cuenca.
Esto es organizado por Todo Mejora Ecuador, y la cooperación del Observatorio Ecuatoriano de Derechos Humanos, La Voz Lgbti, la Casa De La Juventud de Cuenca, y varias agrupaciones de ciclistas.