A los bosques se valora acampando
Campamento cerca del Parque Arqueológico de Cochasquí para observar a las estrellas y desconectarse de la rutina laboral diaria. Foto: Cortesía Fausto Gómez
El próximo 21 de marzo, el mundo conmemorará el Día de los Bosques, un evento que sirve para concienciar a la humanidad sobre la importancia de la preservación de todos los tipos de ecosistemas que habitan y se desarrollan dentro de estas áreas verdes.
Según las proyecciones de las Naciones Unidas, se estima que en el año 2050 pueden habitar 6 000 millones de personas en el planeta y un 70% de la población mundial vivirá en las ciudades. Esta es la razón por la cual se busca que las grandes urbes busquen ser más verdes y saludables, debido a que los árboles reducen en buen porcentaje la contaminación acústica, a más de almacenar carbono y mitigar las repercusiones del cambio climático en las zonas urbanas.
Según Silvana Tamayo, de la Corporación de Guías de Turismo del Ecuador, la mejor manera de valorar a los bosques es acampando en ellos, con las debidas precauciones y siempre respetando el entorno natural de un destino. “En los bosques hay dinámicas y sinergias naturales que solo se las entiende, aprecia y valora estando allí”. Para ella, la experiencia de camping ayuda a mejorar la salud mental, ya que desconecta a la persona de su rutina laboral cotidiana.
Cerca de Quito, uno de los lugares más populares para acampar es en la zona cercana a la cascada de Cóndor Machay, que en kichwa significa nido del cóndor. Este lugar se ubica al sureste del cantón Rumiñahui, a 17 km de Sangolquí. Su bosque está lleno de alisos, pumamaquis, arrayanes, achupallas, suros, cedrillo y orquídeas.
En una mañana despejada se puede apreciar los volcanes Pichincha, Ilaló, Cotopaxi, Sincholagua, Rumiñahui, Pasochoa, Antisana, Ilinizas, entre otros. Las mañanas se verán matizadas por el trinar de las aves y el murmullo de la caída de agua del río Pita.
Otro lugar muy popular para acampar es el Parque Nacional Cotopaxi, cerca de la laguna de Limpiopungo. Según los guías de turismo, en las noches de luna llena en verano (entre mayo y octubre) se dibujan paisajes inolvidables, sobre todo cuando la experiencia se la comparte en familia. “La luna iluminando al Cotopaxi debe ser una de las imágenes más impresionantes que se puede observar en la Sierra”, destaca José Luis Rodríguez, de la Corporación de Guías de Turismo.
A escasos 17 km de la capital se encuentra la Reserva Geobotánica Pululahua, un espacio que se nubla pasadas las 12:00 y esconde bajo un manto blanco a la vida que existe en esta caldera volcánica.
Pululahua, que en kichwa significa nube de agua, es uno de los pocos cráteres volcánicos habitados en el planeta. La flora de este lugar crece en laderas y quebradas.
El área de camping de Cochasquí, al norte de Pichincha, es otro de los lugares recomendados por los especialistas de turismo, quienes aconsejan realizar una ruta ciclística que recorre varios ecosistemas en poco tiempo.
En Cochasquí, la aventura se complementa con la cultura. Allí se asentó una de las culturas preincas más importantes de la región, la Caranqui, que vivió entre los siglos IX y XV aproximadamente. Un total de 15 pirámides, 21 montículos funerarios y cuatro museos de sitio conforman el Parque Arqueológico.
Las áreas protegidas en el país son espacios muy visitados durante los feriados. Según las estadísticas del Ministerio del Ambiente, el promedio de visitas durante los asuetos es de 98 500, totalizando más de 300 000 visitas durante el 2017.