La agonía de una ballena puede durar entre 90 y 130 minutos, según datos recolectados en diferentes países relativos precisamente a los tiempos de la agonía de esos mamíferos de sangre caliente.
El gobierno de Islandia encargó oficialmente tiempo atrás a un científico noruego estudiar la agonía de las ballenas alcanzadas por los cazadores, tema que desde hace tiempo ha suscitado debates y polémicas entre los expertos.
Sin embargo, los resultados tardan en llegar, hecho que ha generado la sospecha de una acción por parte de ‘lobbies’ internacionales que venden los productos derivados de las ballenas (como grasa o aceite, carne, huesos, dientes, pieles) y que hacen así negocios evitando la moratoria internacional a la caza de los animales firmada en 1986 por 79 países.
La caza está admitida en Islandia, Noruega y Japón además -recuerda el diario italiano Corriere della Sera- de algunas tribus esquimales de Groenlandia o de otras regiones nórdicas, para quienes los arpones explosivos utilizados, y disparados a los cerebros del animal, matan en no más de 2-3 minutos, a los que se suma “golpes de gracia” asestados con descargas de una lanza eléctrica.
Según otras fuentes, la muerte llega en promedio en unos 6 minutos, pero según otros investigadores el tiempo es de una hora, o incluso más, teniendo en cuenta que se trata de animales de unas diez toneladas de peso.
Diferentes pruebas llevadas a cabo en Noruega han registrado agonías de 90 minutos y en Japón hasta de 130 minutos, afirma el Corriere, precisando que a menudo los explosivos o no alcanzan la zona del cerebro o directamente no estallan.
Según diferentes fuentes, a lo largo del siglo pasado las ballenas muertas durante la caza son alrededor de dos millones, 28 mil a partir de la moratoria.