En Bahía de Caráquez, que hace ocho años fue declarada como Ecociudad, echa raíces la tendencia en favor del ambiente.
El balneario manabita, de 24 000 habitantes, acuña ahora la frase “Dile no a las fundas plásticas”. Detrás de esta se halla una iniciativa para eliminar las bolsas de plástico y sustituirlas por otras de tela, más ecológicas.
¿Cómo surgió la idea? Tiamara Williams, productora de documentales de TV, contactó con la neozelandesa Nicola Mers, residente en Bahía desde 1990.
Mers, una activista ecológica, sintonizó con Williams en el propósito de buscar soluciones a la contaminación del medioambiente con basura plástica. Así nació el proyecto Reducción de fundas plásticas en Bahía.
La productora, además, filma con su equipo desde el proceso de concienciación hasta el obsequio simbólico de 1 500 fundas de tela. Este se realizará el viernes 4 a similar número de familias de Bahía de Caráquez y de la parroquia Leonidas Plaza.Francisco Meneses, coordinador del proyecto en Bahía, en tanto, comenta que el grupo de apoyo está conformado por alumnos del colegio Eloy Alfaro. Ellos ayudan a pegar calcomanías con la leyenda “Dile no a las fundas plásticas” en los negocios de la ciudad.
“Los jóvenes saben que la contaminación de basura de polietileno se inicia cuando las personas van de compras y piden una funda plástica”, señala Meneses. Este, asimismo, precisa que al menos 60 000 fundas plásticas se utilizan cada mes en la urbe.
En Bahía, la basura plástica en especial es visible en cuatro puntos: el estuario, la playa norte, el mercado y la red de alcantarillado. En los dos primeros lugares es más notoria con la presencia de lechuguines.
El proyecto de sacar de uso a las fundas plásticas no es nuevo en Bahía. “Lo hemos martillado hace ocho años. Necesitábamos un empujón como el de Williams”, dice convencida Mers.
La intención es provocar un cambio en los habitantes de la ciudad para reducir la producción de desechos plásticos. Y el primer paso es la transición de las fundas plásticas a las de tela permanentes.
Lourdes Valencia es una de las primeras en dar su apoyo al proyecto. La estudiante universitaria vive en la ciudadela norte de Bahía. Allí, en el estuario, la basura plástica se acumula.
La confección de las primeras 1 500 fundas de tela se realiza en la parroquia Leonidas Plaza. En la planta baja de la casa de Amada Cruz de Leones, funciona el taller de confección Luigy’s. Siete costureras empezaron a coser las fundas de lienzo Rafaela.
“Trabajamos en jornadas de hasta 12 horas diarias para cumplir con el pedido. Hasta el lunes por la noche, habían cosido 800 bolsas, que están diseñadas para soportar hasta 20 libras de peso. Las agarraderas tienen doble costura”, indica Mercedes Vélez, una de las costureras.
La empresa privada también tiene sus estrategias. En almacenes Tía ya se oferta este tipo de fundas a USD 0,99. Se venden entre 15 y 20 unidades por semana. “Vamos a reemplazar paulatinamente las 30 000 fundas plásticas que se consumen cada mes en locales como este”, comenta Rodison Delgado, administrador del local .
El Municipio del cantón Sucre también aporta con anuncios publicitarios en dos radios locales. Además, apoya con personal y vehículos de la entidad para que la campaña avance.
El concejal Iván Aguirre, de Alianza País, preside la Comisión de Medio Ambiente del Cabildo, que empuja la iniciativa. “Para que los ciudadanos hagan conciencia de que se debe erradicar la contaminación plástica, se va a reformar la Ordenanza de cuidado ambiental”, destaca .
Adicionalmente, los propietarios de comercios que entreguen fundas plásticas recibirán una sanción, que aún no ha sido establecida por el Cabildo.
El proyecto en el balneario será un modelo que se replicará en otros países de Sudamérica, finaliza Williams.