Si usted es de los que acuden a la farmacia y no al médico en caso de una molestia, alerta: la automedicación puede aplacar los síntomas pero esconder patologías graves en su organismo y hasta provocarle la muerte.
Frans Serpa, director del área de Trasplante del Hospital Metropolitano, explica que los casos pueden ser extremos. Lo común son los pacientes que se automedican para aliviar el dolor de estómago, pero en esta aflicción se puede esconder una gastritis. “Las pastillas solo alivian el malestar, por lo que existe el riesgo de generar un cáncer de estómago si no se trata a tiempo con un especialista”.
Otro caso es el uso indiscriminado de antiinflamatorios, dice el galeno. “El consumo continuo de estas medicinas puede desembocar en una insuficiencia renal. El tratamiento inmediato es la diálisis”.
La automedicación está dada, en ciertos casos, por factores económicos. La atención en los centros de salud no siempre es efectiva y la gente debe acudir a una consulta médica privada, cuyos costos varían entre USD 10 y 60.
Rosa Vargas, de 50 años, lleva una semana en busca de un turno para su hijo en el área de Odontología del Centro de Salud de La Ecuatoriana, en el sur de Quito. Mientras hacía fila, el menor se tomaba la mejilla con su mano. El malestar era tan fuerte que no podía hablar. “No puede estar así, el dolor de muela es insoportable, me tocará ir a una farmacia y pedir que me vendan una pastilla porque no me alcanza para una consulta privada”, decía Vargas, quien finalmente obtiene su turno para después de ocho días. Otras 20 personas que esperaban ser atendidas por diferentes dolencias también recibieron turno para después de una semana.
El consumo de antibióticos sin receta es otra práctica extendida en la población, pese a que su venta ahora está prohibida por el virus de la gripe AH1N1. Es frecuente que ante un síntoma de infección como fiebre, la gente consuma un antibiótico y que lo tome los días que considere hasta sentirse bien.
Este es un problema serio, según Ramiro Yépez, otorrinolaringólogo. Él explica que el consumo no medicado de estos fármacos hace resistentes a las bacterias, porque el paciente debe recibirlos solo en caso de necesitarlo y con las dosis prescritas por un profesional.
De lo contrario, dice Yépez, una dosis inapropiada solo “adormece a las bacterias y no las elimina. Luego estas se despiertan con más fuerza y, cuando la gente va al hospital, ni los antibióticos más fuertes (de cuarta generación) hacen efecto en el paciente”. Así, la automedicación de antibióticos podría derivar en infecciones severas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los costos asociados a las reacciones adversas de los medicamentos, por ejemplo, en relación con la hospitalización, la cirugía y la pérdida de productividad, sobrepasan el costo de los medicamentos en sí. El organismo es enfático: el 60% de estas reacciones es evitable en los pacientes, si estos evitaran automedicarse.
La OMS sostiene que en 1938, la penicilina -el primer antibiótico en el mercado- destruyó el 85% de las cepas de bacterias. Hoy, este porcentaje es resistente a microorganismos como el estafilococo.
Una incidencia en la automedicación -según los médicos consultados- tiene que ver con la publicidad de los medicamentos. La gente, después de observar los beneficios que se ofertan en la televisión, recurre a ellos sin consulta.
En la Asamblea Nacional se debate el nuevo Código de Salud. El art. 80 dice que la Autoridad Sanitaria regulará “la publicidad para medicamentos evitando la distorsión de la función básica y específica de los medicamentos, y velará porque el manejo de la medicación sea realizado por profesionales de la salud capacitados”.
Las autoridades de Salud conocen que es práctica común en el país la automedicación para la tos, el dolor de cabeza, la congestión de vías respiratorias y el dolor de garganta. Por esa causa, el Ministerio de Salud prohibió la venta de antigripales sin receta médica. Se busca evitar un rebrote del AH1N1 por no acudir a consulta.
El riesgo
La aspirina, que puede aliviar el dolor de cabeza y el malestar del cuerpo, puede causar complicaciones en quienes sufren hemorragia o padecen úlcera gástrica.
El paracetamol, también para el dolor de cabeza y el malestar, es un medicamento que está contraindicado para quienes sufren daños severos en el hígado.
Las mujeres embarazadas, niños y adultos mayores son los más propensos a evidenciar efectos negativos ante una práctica de automedicación.
Si no puede acudir de inmediato al médico, no vaya a la farmacia, opte por remedios caseros, como agua de orégano para el dolor de estómago.
Si usted se automedicó y tuvo complicaciones, no olvide mencionar al médico la medicina que ingirió para que el tratamiento sea más efectivo.
Recuerde que no todas las personas que trabajan en las farmacias son profesionales en esta rama. Cuando usted pide ayuda le medican desde lo empírico.
Evite utilizar recetas entregadas a familiares o amigos para curar su mal. No todos los organismos funcionan igual.