En las afueras del HCAM. La atención en consulta externa de este hospital empieza a las 07:00 y se extiende por 8 horas. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
La sala de consulta externa del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) luce llena desde las 07:00. En cada puerta de los consultorios se coloca un listado de al menos 20 pacientes que ingresan cada 20 minutos aproximadamente.
A esta casa de salud llegan los pacientes, luego de haber conseguido un turno a través del ‘call center’ (números 140 o 1800 100 000), a cargo de Recapt por segundo período.
De 10 personas entrevistadas en el HCAM y en el dispensario El Batán, norte de Quito, siete informaron que les agendaron una cita luego de dos y tres meses después de la primera llamada. Los tres restantes dijeron que lograron el turno en los días siguientes.
Eduardo Reinoso, de 45 años, logró que le atendiese un odontólogo, porque entró ayer por emergencia al HCAM. Desde hace 40 días ha intentado obtener una cita en el ‘call center’.
Su molestia dental requiere de tratamiento, por lo que recibió medicación para el dolor y le pidieron que siga llamando hasta conseguir especialista.
Luis Tapia, de 57 años, afronta desde mayo la falta de atención de un endocrinólogo que le trate una anomalía en su tiroides. “Parece que en son escasos los especialistas. No sé en
otras áreas, pero en la mía no hay”, enfatizó.
El presidente del Consejo Directivo del IESS, Víctor Hugo Villacrés, aseguró en un conversatorio con la prensa la semana anterior, que el agendamiento de citas ha mejorado en el último trimestre de este año.
En sus estadísticas muestra que los pacientes reciben sus citas para luego de 10, 15 y 20 días, como máximo. Las primeras consultas subieron del 77% al 83%, las segundas del 83% al 88% y las terceras del 88% al 90%.
Esto quiere decir, según el funcionario, que “nueve de cada 10 citas de los afiliados demoran hasta 20 días. En el primer trimestre, el promedio de agendamiento era de 12 días y en el segundo, de nueve”.
Ayer (31 de julio de 2014) un empleado de este Diario realizó una llamada al 1800 100 000 para solicitar una cita con un gastroenterólogo. Para atender la llamada tardaron 5 minutos en contestar.
La operadora informó que primero se debe ir a un médico general y este le transfiere al especialista. Pero tampoco había la disponibilidad de médicos generales en el dispensario Eloy Alfaro, que está más cerca a su domicilio, en el sur de la capital. La opción es ir a otra unidad de salud, lo cual implica pedir un permiso laboral.
Alba Panata, de 63 años, ha ido tres veces al HCAM desde Tena, a partir de diciembre. Tiene un intenso dolor en sus venas, pero los médicos no logran encontrar la razón del problema y más bien le han recomendado que vaya a un centro privado. Esto implica un gasto que no lo va a hacer.
Isabel Menitio, de 57 años, se mostró molesta en el dispensario de El Batán. Le agendaron en cinco días una cita pero no constaba en el listado del médico.
Villacrés señaló que mejorar la atención y las citas médicas era una de las situaciones a las que se comprometió cuando inició su gestión en abril pasado. También informó que se contrataron 389 médicos generales, 178 especialistas y 134 médicos cubanos.
José Martínez, director general del IESS, añadió en el conversatorio de la semana anterior, que antes de adjudicar nuevamente el contrato a Recapt fueron “lo suficiente cuidadosos” para poner en los términos de referencia las recomendaciones que se dieron desde distintas instancias.
Reinoso dice que en la última llamada al ‘call center’ gastó una recarga de USD 3. “La atención es demasiado lenta…, se acabó el saldo y ni siquiera me dieron el turno”.
En contexto
El 22 de julio pasado, Víctor Hugo Villacrés, presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, informó en su rendición de cuentas que en el último trimestre se registra mejoría en el agendamiento de citas a través del “call center”, máximo en 20 días.