Varios artistas e ilustradores se apropian de los personajes de Disney y las reiterpretan, para llamar la atención de las audiencias. Foto: AlexSandro Palombo, Sakimi Chan, Jeffrey Thomas, Tyson Murphy
La lista es larga y su presencia en Internet es masiva. De a poco, ilustradores y artistas de todo el mundo han ido atiborrando la web de representaciones de los clásicos animados de Disney reinventados. Esta moda en crecimiento que se ha vuelto reiterativa pudiera tener tres aristas que explican su razón de ser.
Princesas con caras golpeadas o sobrevivientes del cáncer de mama, Mickey Mouse con algunos kilos de más, Gepetto (el papá de Pinocho) y el mago Merlín besándose o Hércules tomándose un selfie son algunos ejemplos de las imágenes reinterpretadas que los diferentes artistas producen.
Además de la apropiación de personajes del imaginario de Disney, las ilustraciones tienen en común el ser utilizadas como herramientas para la difusión de un mensaje o concienciar sobre un problema de la sociedad actual.
Saint Hoax, por ejemplo, es un experto y referente en esta rama. La mayoría de sus series- todas polémicas e irreverentes– se basan en caricaturas de Disney que manipula gráficamente para resaltar su posición respecto a una temática compleja: la violencia de género, el abuso sexual, los trastornos alimenticios, la corrupción de los líderes mundiales…
Más que simples series de ilustración los trabajos del artista son campañas (de hecho incluye ciertos datos en la imagen que sustentan su punto de vista). Saint Hoax como su propio seudónimo, indirectamente, lo expresa toma el material pop art ya difundido en el medio y lo transforma en mentiras visuales que reflejan situaciones de la vida real a las que se les debe prestar atención.
Andrés Borque, DJ, agitador cultural y experto en la iconografía Disney, en declaraciones a El País de España, dijo que este tipo de obras siguen despertando interés- aunque se repliquen en la red hasta el cansancio- porque “al haber crecido en el idílico mundo de Disney como meta, es normal que la mayoría de las personas intenten desmitificar todo aquello imposible de alcanzar y en cierta manera vengarse de estos personajes a golpe de cruda realidad”.
En la misma línea de acción se mueve otro ilustrador, que de manera similar a Saint Hoax, trata temas complejos y busca escandalizar a los espectadores de sus obras. Alexsandro Palombo es también un especialista en el ámbito de la apropiación y recreación de íconos de la cultura pop.
Sin embargo, su universo gráfico se extiende más allá de Disney y además de personificar a Blancanieves, Ariel o Tiana como sobrevivientes del cáncer de seno, incluye también a Vilma Picapiedra, Marge Simpson y Betty Boop y Lois Griffin.
Otro artista que ha acoplado a los icónicos personajes infantiles a su portafolio es José Rodolfo Loaiza Ontiveros. Con series como ‘Profanity Pop’, ‘Disasterland’, ‘Disenchanted’ o ‘DisHollywood’ involucra a príncipes, princesas, a Goofy, al Pato Donald y otras caricaturas similares en situaciones escandalosas o tabú.
Loiaza Ontiveros, por su parte, polemiza el perfecto, inocente y por poco inmaculado mundo de Disney no con fines de concienciación como Saint Hoax y Palombo sino como un mecanismo- efectivo- para captar la atención del público hacia sus expresiones artísticas.
Aun cuando utiliza conscientemente a estos íconos de la cultura pop con fines por poco publicitarios reveló, en una entrevista para The Huffington Post, que las películas de Disney fueron su primera escuela visual y que los coloridos paisajes, la estilización de los personajes y la animación fueron y son fuentes de inspiración para él.
La avalancha de contenidos con referencias al famoso estudio de animación quizás surgió con mayor fuerza en el último año por una cuestión de marketing y ganancias. El estreno de ‘Frozen’– un éxito gigantesco en taquilla que recaudó USD 1 000 millones- relanzó el estereotipo de princesa y he hizo especialmente atractiva la mercadería Disney.
Así lo expresa Eliana Dockterman en un artículo publicado en la revista Time. Menciona además que las princesas dejaron de ser vistas únicamente como íconos o simples caricaturas y pasaron a consolidarse como franquicias que perciben millones de dólares.
De esta manera si cualquier producto de Disney es una venta segura, cualquier imagen que haga referencia a sus personajes es, asimismo, un click seguro. Y aunque es una temática repetida los recursos no se agotan.
Si en una semana una artista (Simona Bonafini) difunde ilustraciones de los perfiles de Instagram– con likes y comentarios incluidos- de Wendy de Peter Pan o de Alicia (en el País de las Maravillas), a la siguiente otro artista (Jeffrey Thomas) estimulado por la cercanía de Halloween exhibe el lado oscuro y terrorífico de las queridas princesas del estudio de animación.
Aparte de ser empleados para captar la atención de las masas, ya sea para transmitir un mensaje o no, estos personajes que- probablemente marcaron la infancia de los ilustradores, como lo hicieron con las audiencias en general- se rediseñan, según Dockterman, obedeciendo a un deseo interno de hacer crecer a dichos personajes de la niñez como lo hicieron los artistas.
En otros casos, no existen dualidades (de llevar personajes de la ficción a la realidad o contraponer corrupción e inocencia) que se apliquen. Hay artistas que simplemente los usan como fuentes de inspiración.
Este bien es el caso de Jason Freeney que recrea esculturas pequeñas ‘diseccionadas’ de Sully de Monsters Inc o el tradicional Mickey Mouse. O de Tyson Murphy que ayudado de Photoshop les da un nuevo estilo- más detallado y con un look 3D) a escenas de películas clásicas de Disney de antes de los años 80, como ‘Robin Hood’ o ‘The Sword in the Stone’.
El hecho de que algunos artistas se hayan quedado en ese estilo o código visual que exhibe Disney tiene que ver con cuestiones personales para la ilustradora ecuatoriana Eulalia Cornejo. Además aclara que los dibujantes y artistas en general siempre se llenan de referentes a todo nivel, se influencian de la fotografía, del cine, entre otros. Por lo tanto, no existe un diseño 100% original y tampoco un estilo creado a partir de cero.
Un ejemplo de esta situación es el trabajo de Palombo que se nutre de diversos referentes y también la obra de Issaiah Stevens quien imaginó como se verían algunos protagonistas de filmes de Disney y los reinterpretó. En consecuencia, en sus imágenes se puede observar a Esmeralda del ‘Jorobado de Notre Dame’ “disfrazada” de Michone de ‘The Walking Dead’ o Wendy de ‘Peter Pan’ personificando a la princesa Leia de ‘Star Wars’.
El recurso empleado, una y otra vez, por estos artistas gráficos sigue funcionando “porque estas películas siguen estando muy arraigadas a la cultura popular actual, por muy retrógrados o desfasados que resulten los modelos que representa”, dice Borque.
Otros artistas
Sakimi Chan. El artista digital canadiense le dio un giro a las imágenes típicas de las princesas y las represento como personajes masculinos.
Hyung86. Un artísta español llamado Rubén y conocido bajo el seudónimo Hyung86 retrató a Aladdin, Bella, Tarzán y otros personajes como estudiantes contemporáneos.