Artesanas de Gualaceo se capacitaron

oto: cortesía cidap La diseñadora dio talleres sobre cromática y materiales alternativos para la confección.

oto: cortesía cidap La diseñadora dio talleres sobre cromática y materiales alternativos para la confección.

La diseñadora dio talleres sobre cromática y materiales alternativos para la confección. Foto: Cortesía Cidap

Un grupo de artesanas de Azuay buscan modernizar sus productos y adaptarse al mercado de la moda. Para ello, cuentan con el apoyo de la diseñadora María Cuji.

En el 2015, la diseñadora visitó el Ecuador acompañada de Berny Yates, profesora del Central Saint Martins, una universidad de artes de Londres catalogada entre las mejores del mundo del diseño. Durante esa semana trabajaron con estudiantes de diseño de modas de la Universidad del Azuay.

Pero Cuji decidió hacer de esto una formación permanente. Se alió con el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (Cidap). Allí se realizan encuentros para intercambiar experiencias entre artesanos y diseñadores de diversas ramas.

La diseñadora se involucró a temprana edad en el mundo de la moda. Pero no fue hasta que llegó a Europa que encontró la oportunidad que estaba buscando. Empezó a diseñar sombreros, algo que hacía con destreza. “Yo conozco de las posibilidades infinitas que te da la paja. A mí me abrió las puertas del mundo”, reconoce.

En octubre, Cuji realizó una visita a macaneras y toquilleras de Gualaceo. Las artesanas mostraron su trabajo y aprendieron sobre las tendencias en la moda europea.

“Lo más importante es ser original y no repetir lo que ya existe”, asegura Cuji. Para lograr esto ha realizado un trabajo largo de investigación que le permite incorporar en cada prenda una marca personal. Ella considera que el éxito del diseño está en reflejar la identidad cultural adaptándose a la alta costura y a la innovación en las pasarelas.

Las mujeres, que trabajan tradicionalmente con paja toquilla, han aprendido a crear nuevos accesorios sin dejar de lado su identidad cultural. Utilizan los colores de temporada y agregan detalles que hacen de cada pieza una obra de arte única.

Pero no fue un camino fácil. “Las mujeres están acostumbradas a hacer el mismo sombrero, con los mismos colores y en las mismas formas. Mi trabajo es mostrarles que existen más opciones y que en eso está su oportunidad de desarrollarse”, asegura. Les enseñó sobre cromática, cortes, acabados y promoción de sus productos.

El objetivo de las capacitaciones también es abrir las puertas de nuevos mercados a estas mujeres. “En Europa aprecian mucho el trabajo manual, único, con historia”, cuenta Cuji.

Este no será el único taller dictado por la diseñadora. Ella viaja frecuentemente entre Ecuador e Inglaterra para visitar a su familia y llevar nuevas ideas y proyectos para su marca. En 2017 se realizarán nuevas capacitaciones.

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