Los artistas como Hernán García trabajan en las propuestas para el certamen. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO
La escultura religiosa es una de las potencialidades que inspiran a los artistas nacionales. Esta vez, las mejores propuestas se congregarán en el Segundo Salón Nacional de Escultura Religiosa, que se abrirá en San Antonio de Ibarra, Imbabura, del 23 de abril al 21 de mayo.
El gusto por moldear la madera inspirados en temas sacros se remonta al siglo XVIII, comenta Rodrigo Colorado, coordinador artístico del programa.
Se refiere al denominado barroco quiteño, que tiene en este rincón de Imbabura uno de los campos más fértiles.
Según las crónicas locales, fue Daniel Reyes quien sembró este arte luego del terremoto de Ibarra, de 1868.
Se narra que el maestro era un adolescente cuando quedó fascinado por la habilidad con la que los artistas quiteños reconstruyeron las imágenes averiadas de los templos imbabureños.
Los almacenes y galerías de arte son hoy el principal atractivo para los turistas que visitan esta localidad.
Los artistas que laboran con gubias y formones, en los talleres de la Sierra Norte, son herederos de estas técnicas que, por un mes, estarán a disposición del público.
Esta vez, el certamen incluirá dos categorías: tradicional y contemporánea. Se espera la participación de 30 a 35 obras, que serán exhibidas en la sede de la Asociación de Artesanos de San Antonio de Ibarra.
Uno de los talladores que prepara una obra para exponerla es Oswaldo Ibadango. El artista de 48 años de edad trabaja en el diseño de una imagen, de 1,60 metros de alto, que la esculpirá en madera de cedro, para participar en la categoría de arte religioso contemporáneo.
Como la mayoría, Ibadango heredó las técnicas de escultura y tallado de su padre Luis, que asegura trabajó en el mural de la Asamblea Nacional, junto a Luis Mideros.
Otro que labora a contrarreloj para presentar su obra es Hernán García. Como todos, el artista ibarreño tiene plazo hasta el próximo 23 de marzo, que se cerrarán las inscripciones para el Salón.
Como la mayoría, Oswaldo Ibadango es heredero de la técnica de la Escuela Quiteña. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO
El taller de García, conocido como la Casa de Artes, parece un santuario. Hay imágenes de arcángeles, vírgenes y crucifijos en madera natural y pigmentos de oro y plata incrustados con técnicas como la policromía.
Hay tallados para todos los bolsillos. La fama de esta artesano, nacido en esta localidad que tiene 17 522 habitantes, creció entre los religiosos de Guatemala y de México, quienes le han encargado una diversidad de obras escultóricas.
Ahí, Raúl Quilumbango, uno de los cuatro escultores de este taller, pulía la efigie de una Virgen del Cisne en madera vista. La escultura mide 50 centímetros y fue hecha en cedro.
“Los santos más pobres, como Marianita de Jesús, se prestan para decorarles con más lujos”, comenta García.
El Segundo Salón Nacional de Escultura Religiosa es el preámbulo de la quinta edición de la Bienal de Escultura, que se realizará en noviembre próximo en San Antonio, como sucede cada dos años en la provincia.
Óscar Lomas, presidente de la Junta Parroquial, explica que esta cita cultural está considerada la mayor vitrina del arte escultórico del país.
Para Vicente Bolaños, maestro de esta disciplina, es importante que se reconozcan los esfuerzos de los artistas, la inversión económica y el tiempo que se invierte.
Además, comenta que actividades como el Salón de Escultura son escasas en la región y en el país. “Esto ha obligado a algunos artistas a emigrar a otras plazas e, incluso, a cambiar de profesión. En la provincia de Imbabura hay pocas salas de exhibición de arte”.
Es por ello que el certamen artístico es tomado con interés por los artistas que trabajan el noble material.
Uno de los atractivos para los escultores son los premios que se ofrecen. Este Segundo Salón, por ejemplo, entregará USD 8 000 a los ganadores de cada categoría.
La selección de los mejores trabajos estará a cargo un jurado conformado por tres especialistas. Los nombres se mantienen en reserva hasta el día de la apertura.
Entre tanto, los próximos días se iniciará la decoración del escenario para la exposición. Esta tarea estará a cargo del museógrafo Kenneth Ramos, de Quito.
Este representante de la firma Base 5 Arte retorna a los cuatro años a San Antonio para encargarse de la tarea.
Antes fue el responsable del montaje y la instalación de las obras del Primer Salón y de la Bienal de Escultura.
Esta vez, explica que una semana antes de la inauguración de la muestra efectuará el trabajo museográfico.
Para la organización se cuenta con un presupuesto de USD 70 000 financiado por la Junta Parroquial, el Municipio de Ibarra y la Prefectura de Imbabura.
Este es uno de los atractivos que convoca a los amantes de la escultura que, por ahora, deben conseguir con dificultad las maderas finas, como el cedro, que está parcialmente vedado.
Más datos
La temática, técnica y materiales que se usarán en las esculturas son libres.
La cita está dirigida a escultores nacionales y extranjeros que viven en el país.
Las esculturas deben medir entre 100 y 200 centímetros.
La premiación estará a cargo de otro jurado, que también ya está designado.
A más de los ganadores en cada categoría, se otorgarán
tres menciones.
En el acto de clausura se efectuará la premiación.