El despliegue vertical, en diferentes niveles, hace que la obra parezca la continuación de la colina sobre la que se asienta. Foto: www.archidaly.com
Redacción Construir (I)
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Shakira es una cantante barranquillera muy conocida que, luego de caminar por medio mundo mascando sueños y rogando audiciones, se transformó en una de las estrellas del pop mundial.
Lo que pocos saben es que, entre 1997 y 2002, crea la Fundación Pies Descalzos, cuyo nombre viene de su primer éxito internacional, preocupada por las condiciones de vida de los niños en situación de vulnerabilidad y desamparo.
Esta fundación inauguró su sexto colegio en Cartagena, Colombia. La cantante puso el primer ladrillo, en compañía del filántropo Howard Buffett y más personajes, según informa la website oficial de la fundación www.fundacionpiesdescalzos.com).
El financiamiento se logró mediante el aporte de muchas entidades, tanto públicas como privadas. El 31 de marzo de este año abrió las puertas a 1 700 estudiantes, entre niños y jóvenes.
Se convirtió, además, en un centro de desarrollo comunitario para más de 34 000 habitantes de la comunidad. Además de las proyecciones sociales del colegio, el aporte arquitectónico de la nueva unidad educativa de 8 000 m² ha sido invaluable, pues se convirtió en un referente de lo que se puede hacer en áreas deprimidas.
Este proyecto fue diseñado por el reconocido arquitecto Giancarlo Mazzanti, quien reconoce que: “Lo que queríamos lograr era un lugar que, además de ser utilizado por los muchachos para estudiar, fuera un lugar de reunión y de aprendizaje para toda la comunidad”.
Para lograr esta multiplicidad, explica https://www.archdaily.com, Manzzati diseñó 55 ambientes diferentes, distribuidos en primera infancia, primaria, secundaria, aulas especializadas, comedor-biblioteca, zonas deportivas y centro comunitario.
Como afirma https://www.floornature.es, la relación entre la construcción y su entorno se basa en un análisis crítico. La obra de arquitectura no se mimetiza, sino que altera totalmente el paisaje urbano donde se emplaza.
Esta volumetría tiene dos determinantes: acentuar el aporte de la obra pública como referencia territorial e, indirectamente, frenar la expansión urbana incontrolada.
El fin de la construcción era no solamente levantar un edificio público con fines educativos, sino también que se convirtiera en un patrimonio común.
Por eso, el ingreso principal, al que se accede subiendo a un nivel más alto que la calle, culmina en una amplia terraza que se extiende hacia el panorama de Lomas del Peyé, ofreciendo un mirador a los estudiantes y a los transeúntes.
Por eso, asimismo, la biblioteca, de uso del colegio así como de la comunidad, cuenta con una entrada propia que puede abrirse cuando no hay clases.
Mazzanti utilizó la iconografía de la choza, de la casa, del lugar protegido y trazó plantas hexagonales, ampliando la posibilidad de distribuir las aulas, los laboratorios y los espacios comunes entorno al perímetro.
Tres hexágonos de distinto tamaño se entrecruzan y permiten el compartimiento de los espacios por adolescentes y jóvenes de distintas edades.