Árboles reducen el calor en la urbe

El arbolado urbano de Quito está compuesto por 90 especies de plantas.

El arbolado urbano de Quito está compuesto por 90 especies de plantas.

El arbolado urbano de Quito está compuesto por 90 especies de plantas. Foto: EL COMERCIO

Las olas de calor en las zonas urbanas podrían ser más tolerables con la presencia de árboles.­ Además de purificar el aire, estudios internacionales demues­tran que estas especies ayudan a disminuir la temperatura ambiente hasta en 8°C.

Rob McDonald, investigador de The Nature Conservancy y autor de la investigación ‘Planting Healthy Air’, explica que los árboles ayudan a enfriar el ambiente de dos maneras. La primera es a través de la sombra que proveen al pavimento.

Esto es importante -dice- ya que se evita que la energía del sol, que es almacenada en estas superficies, después sea liberada y ocasione más calor. La segunda forma es la evapotranspiración. En este proceso, el árbol libera agua por sus hojas y ayuda a enfriar el ambiente. En su estudio, ­McDonald y su equipo proponen que un gasto de USD 4 por habitante en programas de siembra de árboles contri­buiría a tener un aire más limpio y calles más frías.

Bangladesh, India y Pakistán son los tres países que más se beneficiarían al aumentar la cantidad de plantas en sus ciudades. Según el estudio, estos lugares tienen poblaciones más densas, la calidad del aire no es buena y el costo de plantar árboles es relativamente bajo en comparación con Estados Unidos o Europa.

En ‘Planting Healthy Air’ se plantea que una inversión global de USD 100 millones, destinada a tener más árboles y ayudaría a que aproximadamente 77 millones de personas vivan en ciudades menos calientes.

McDonald sostiene que el calor en las áreas urbanas se ha convertido en una de las amenazas ambientales más graves y su impacto solo continuará en aumento, mientras avanza el cambio climático.

Colocar árboles en las calles ayudaría a reducir la temperatura de 1 a 2 grados centígrados. Esta cifra puede no sonar significativa, pero en una ola de calor cada grado que se evita hace una diferencia en la salud de los humanos.

Walter Palacios, investigador asociado del Herbario Nacional del Ecuador y docente de la Universidad Técnica de Loja en Ibarra, explica que los árboles con copas más anchas y densas son los que mejor cumplen esta función.

Hay que tener una buena selección del lugar y de la especie para que no causar daños, advierte el experto. Todo depende de la estructura de la ciudad. En estudios de la FAO incluso se explica que si están colocados en los sitios adecuados, pueden ayudar a disminuir los gastos de los hogares, al no necesitar aire acondicionado.

Para García, en Guayaquil hay más oportunidades para la expansión del arbolado urbano por la estructura de la ciudad y de sus vías. Jorge Polo Abad, coordinador de Arbolado Urbano de la Secretaría del Ambiente de Quito, dice que es posible continuar con la siembre en veredas, aplicando las medidas necesarias. En la capital se estima que hay medio millón de árboles en veredas y parterres y esta cifra se podría quintuplicar. En el norte y en los valles están los barrios que cuentan con mayor arborización.

Según la Secretaría Metropolitana del Ambiente, en la capital existen alrededor de 90 especies de las 5 000 que se encuentran en el país. La colocación de las plantas en las zonas comerciales o áreas de edificios se analiza a través de lo establecido en los manuales técnicos. Según Abad, se necesita que estén sanos, bien plantados y que sean cuidados por las personas.

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