Un teléfono inteligente es necesario para programar todas las funciones de seguridad del inmueble. Foto: Cortesía Casa del Cable
Es triste y preocupante pero es la más cruda realidad: la delincuencia no da tregua en todo el país y sus índices no disminuyen de manera significativa.
Según el Centro de Estudios y Datos (Cedatos), el 51% de los ecuatorianos ha sido víctima de un asalto o atraco y el 8% ha reportado robos en su domicilio. Esa entidad indica, también, que según los ecuatorianos, el 12% de los problemas de seguridad en el país es por causa de los robos en los domicilios.
Una de las soluciones para proteger los bienes muebles de su casa es mejorar las condiciones de seguridad del inmueble; en otras palabras automatizar la vivienda para que sus dueños estén prevenidos y puedan repeler cualquier asalto.
La domótica es una de las armas preferidas por quienes saben de este tipo de protección. La Casa del Cable es un ejemplo de ello. “Hoy en día, cuando alguien decide colocar sistemas de seguridad para los hogares piensa en sistemas de monitoreos. No obstante, existen otras alternativas. En la Casa del Cable Guayaquil estamos ofreciendo a la ciudadanía nuevas alarmas inteligentes, cuya gran ventaja es que todo es autogestionable y sin necesidad de cableado”, dijo Daniel Faour, presidente de La Casa del Cable.
Para su operación, el usuario debe descargase un ‘app’ para acceder al programa. Un sencillo manual sirve para instalar esta alarma, sin necesidad de contratos ni de mantenimientos de servicio.
Luego, con tres pasos, funciona la alarma al fijarse la fecha, hora y el número celular que recibirá los SMS de texto (sin costo) ante cualquier intento de siniestro. “Nuestro interés es promover una tecnología de fácil uso que, a la vez, proteja a los hogares a un precio accesible”, añade Faour.
La facilidad de uso del sistema es una de sus ventajas más rescatables. Solamente necesita de un teléfono celular para poner a funcionar todas las aplicaciones como asegurar las puertas de ingreso, cerrar o abrir cortinas, encender o apagar luces y, en general, otras aplicaciones disuasivas.