El espiral combina los estilos moderno y clásico. Es metalizado y posee un
espejo. Foto: Xavier Caivingua/El Comercio.
Los apliques metálicos son una alternativa para la decoración de salas, comedores, áreas sociales e, incluso, dormitorios. Tienen diferentes modelos que se adaptan a los estilos tradicional y contemporáneo.
Esos elementos brindan textura, volúmenes y protagonismo a las paredes y pueden reemplazar a los espejos y cuadros. Según el jefe de Exhibición y Decoración de Grupo Colineal, Fernando Valdivieso, estos accesorios calzan bien en cualquier tipo de decoración, pero se deben considerar los detalles como el diseño.
Por citar un ejemplo, los que tienen figuras geométricas lucen mejor en un ambiente contemporáneo. En cambio, para los tradicionales, son mejores los de paisajes, hojas…
Valdivieso dice que los apliques de colores terracota o estilo vintage se ajustan más a la decoración clásica; mientras que los negros, nacarados y metalizados lucen mejor en ambientes modernos.
Para lograr un contraste, señala Valdivieso, es necesario que la pared sea lisa y que no tenga textura, para que este adorno sea el protagonista.
Otro aspecto por considerar es la iluminación directa. Se la puede lograr con puntos LED o dicroicos. La colocación también es fundamental para lograr el mejor efecto.
Según Valdivieso, el aplique debe estar ubicado a la altura de la vista, dependiendo del tamaño. Por lo general, el centro debe colocarse a 1,50 metros desde el piso. Estos objetos tienen soportes escondidos, por lo que no se verán los tornillos o clavos que se usen.
En el caso de los dormitorios, es mejor que este complemento tenga un diseño más sobrio al ser un espacio de descanso, señala Valdivieso.
Es decir, debe ser menos llamativo, tanto por su color como por su forma, que los que se utilizan en una sala. “Son preferibles los que tienen menos brillo y juegos de formas”.
La diseñadora de interiores, Yanira Villalta, hace otras recomendaciones. Según ella, el tamaño del aplique debe guardar armonía con el dormitorio, para evitar que se recargue el ambiente o se sature la decoración. “Es mejor colocarlo en una sola pared”.
En cambio, en las salas puede ubicarse en varias paredes o hacer combinaciones. “Puede estar en la parte central o lateral de la habitación, dependiendo del diseño arquitectónico o del estilo decorativo”.
Para que luzcan los apliques se recomienda elaborar una suerte de enmarcación con lámparas o que el sofá triple que, por lo general se ubica en la pared más grande, sirva como una base del motivo.
Valdivieso dice que en el país se emplea esta opción ornamental desde hace cinco años y, con ella, se reemplaza a los cuadros y espejos que antes eran los principales protagonistas en las salas o comedores. “Sin bien los cuadros son bonitos y aportan mucho color y protagonismo, la tendencia contemporánea exige el uso de elementos poco convencionales”. Además, los apliques refrescan los ambientes y evitan repeticiones, agrega.