El rescate causó conmoción en las redes sociales. Se trataba de Chuky, una perrita golpeada, amarrada, metida dentro de un costal y arrojada a un río, en una quebrada en Nayón.
El COE Metropolitano activó el programa de rescate a fauna urbana y silvestre, que brinda apoyo a animales en emergencia. Chuky sobrevivió y fue dada en adopción.
Desde que este programa de la Secretaría de Seguridad arrancó, en octubre del 2015, se han rescatado 566 animales en riesgo hasta el momento, de los cuales 499 fueron fauna urbana. La mayoría perros y gatos heridos, atropellados, desnutridos o maltratados.
Christian Rivera, director de la entidad, explica que antes de que empiece este programa los animales estaban condenados a morir en abandono. Hoy los rescatan, aunque debido a la gravedad de sus heridas solo el 80% logra sobrevivir.
Entre los casos con mayor impacto social están el de un perro que sufrió 18 machetazos en La Pulida, el rescate de un burro latigueado de manera salvaje en El Cinto, el de una perra boxer desnutrida y encerrada en un espacio reducido en la Ulloa, y el de dos perritas víctimas de abuso sexual, en Nueva Aurora, en el sur. El programa también atiende animales silvestres. En los incendios se rescataron 57 conejos, zarigüeyas, armadillos…
El COE recibe unas cinco llamadas diarias pidiendo este tipo de ayuda. A las 10:30 del jueves pasado hubo dos emergencias en el sur. Cuando el COE-M llegó a la primera, encontró a un schnauzer que había sido embestido por un auto y tenía una lesión en la pata trasera. Uno de los agentes se acercó para llevarlo a un veterinario y a un hogar de acogida mientras aparecieran sus dueños.
El personal del COE ha recibido capacitación básica para atender este tipo de casos, realizar primeros auxilios caninos, hacer un bozal de emergencia, cómo abordar a un animal y cómo transportarlo.
Rescatar a un animal en peligro tiene un costo. Rivera explica que todo depende de la situación: si está en una vía de fácil acceso, en un río o en una quebrada. Puede ir desde USD 500 (que implica la movilización del personal y maquinaria hasta una zona de fácil acceso), hasta más de USD 1 500, si es un rescate vertical y es necesaria la intervención de cuerpos de rescate especializados.
Una vez puesto a buen recaudo, se analiza a qué casa de acogimiento puede ser llevado. Usualmente es al PAE, Urbanimal, Patitas Callejeras, Segunda Oportunidad…. Allí el costo de salvar la vida a un animal continúa aumentando.
Sanar a un perro atropellado grave le cuesta al PAE unos USD 600, que incluye cirugía, medicinas y hospitalización. Si no está herido, igual cuesta USD 200, por vacunas, desparasitación y esterilización.
Carlos Realpe, asistente de bienestar del PAE, indica que reciben al unas 50 llamadas diarias de gente que quiere que rescaten animales. Unas 15 personas van al centro a dejar a los animales, pero no todos son admitidos. Tienen capacidad para 150 y hoy hay 200.
Según Realpe, un estudio que hizo la U. San Francisco reveló que en Quito hay entre 400 000 y 600 000 animales callejeros, y entre todas las fundaciones (unas 30) solo se pueden hacer cargo del 1%.
Para atender el tema de los perros callejeros, el Municipio lleva a cabo un programa de esterilización gratuita. El año pasado se esterilizaron 11 817 animales. Este año el Municipio pretende atender a 15 000, cpn una inversión de USD 386 167. Una iniciativa positiva, pero insuficiente, según Alexis Santos, veterinario y animalista.
Para Santos, es hora de que se instalen políticas públicas para solucionar el problema. Que se controle la población y se prohíba, por al menos cuatro años, la reproducción de animales para venta o crianza, y se sancione a quien lo haga.
La solución, dice Rivera, no está en crear albergues, sino en crear conciencia. En Quito, la Ordenanza 048 controla la tenencia de animales. Contempla infracciones leves con una multa del 10% de una Remuneración Básica Unificada, hasta sanciones graves, con multa de hasta 10 RBU. Desde el 2016 hasta marzo del 2015 se han sancionado a 249 personas.
Los animales que rescata el COE y sobreviven tienen la posibilidad de integrar los grupos de canino show, canino terapia o rescate de la Policía Metropolitana. Les hacen un test y ven si tienen el temperamento adecuado. ‘El aspirante’, de dos años, fue apto. Se trata de un perro mestizo que fue hallado con desnutrición. Hoy es un perro alfa de caninoterapia.
Lola, de seis años, forma parte del grupo de rescate, participa en búsqueda de restos humanos y apoyó las labores de búsqueda en Manabí, tras el sismo.
Dino, de cuatro años, también se está preparando para la difícil tarea de rescate. Así de fieles son, dice Rivera: Son capaces de dar su vida por la especie que lo salvó.