La burocracia digital existe

En el ‘ranking’ de los 30 sitios más visitados del Ecuador están dos páginas web de instituciones públicas. ¿Es un mérito estar en este ‘top’ virtual?

Parecería que sí porque es complejo llamar la atención de los internautas, especialmente en un espacio tan competitivo como el digital. Sin embargo, los sitios del IESS y del SRI están ahí porque los ecuatorianos están obligados a utilizarlos para -por ejemplo- efectuar trámites de impuestos, solicitar préstamos y hasta para lo más básico: pedir una clave para estar activo digitalmente en estas instituciones. Los estados están en el camino de digitalizar sus arañas burocráticas con el objetivo de simplificar los procesos y que a la larga el trámite sea más simple para el ciudadano.


En el país, de lo que se ve, aún falta trecho por recorrer. Dos factores pudieran ser los obstáculos. La tendencia obliga a estar en la Web, pero las estructuras se piensan en análogo y en burocracia. Aún con una clave obtenida digitalmente, el usuario debe hacer sus trámites en físico lo que implica filas, tiempos de espera, copias e incluso problemas porque hay datos mal digitados que obligan a realizar un nuevo trámite.


El analfabetismo digital en los últimos cinco años ha descendido a menos del 20% (en el 2010 el porcentaje estaba en el 29,2%, según Ecuador en Cifras), pero no todas las personas son cibernautas activas a pesar de que tengan celular, utilicen computadora e Internet al menos una vez al año. Estar en el mundo digital implica mucho más, no solo desatar los nudos de la burocracia y simplificar la experiencia de usuario. Las páginas Web deben ser pensadas para sus visitantes; es decir, deben ser amigables hasta para las personas menos ‘digitalizadas’.


Sin embargo, el reto está en el propio Estado: ayudar a educar a los ciudadanos y a los propios servidores públicos para mejorar el servicio y, en consecuencia, los procesos para de verdad entrar a una era digital.

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