Los amigos imaginarios son comunes desde los dos años de edad

El amigo imaginario es el mejor compañero de muchos niños durante sus primeros años. Escuchar a su hijo hablar con un ser inexistente es la preocupación de los padres que no entienden si esta actitud es normal. ¿A qué responde este comportamiento?

Paulina Barahona, psicóloga, afirma que esta es una actitud común en hijos únicos o en los más pequeños, quienes tienen una diferencia de varios años con sus hermanos, ya que es una forma de tener compañía.

El amigo imaginario aparece en el periodo del pensamiento mágico del niño, entre los dos y siete años, ya que después empieza la época de la escolaridad. Desde este punto, el menor empieza a socializar con sus semejantes y a interesarse por pertenecer a un grupo, dejando de lado al ser creado por su mente.

Un estudio realizado por la Universidad del País Vasco, afirma que entre el 12% y el 33% de los niños entre dos y seis años crean amigos imaginarios. Por esto, los padres no deben preocuparse por este comportamiento, explica Barahona ya que esta actitud permite que el niño proyecte sus miedos y fantasías. Además, al darle una voz a este personaje, está expresando lo que el mismo está sintiendo.

Para la psicóloga Valentina Le Bert, esta es una forma que los pequeños utilizan para conocer el mundo, como los juegos. Por lo tanto recomienda que los padres respeten esta actividad a menos de que interfiera en su interacción con otros niños o perjudique sus actividades diarias.

Según expertos esta actitud no es razón de alarma ya que inclusive es beneficiosa para el crecimiento del pequeño. Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Otaga, en Nueva Zelanda, reveló que los niños que crean un amigo imaginario tienen una mejor capacidad lingüística.

La habilidad para inventar y contar relatos se desarrolla de mejor forma en estos niños ya que primero cuentan las historias a sus amigos imaginarios y después vuelven a relatar las aventuras a sus padres. Esta actitud también favorece la capacidad para leer y puede ayudar el rendimiento académico.

Según las psicólogas no hay una edad exacta en la que el niño deje de interactuar con este personaje producto de su imaginación, por lo general tiende a desaparecer a los siete años, pero lo importante es que no lo confunda con la realidad.

Si los padres observan que su hijo cambia de comportamiento ya que solamente pasa con su amigo imaginario o su presencia se prolonga inclusive durante la época de la escolaridad, se recomienda acudir a un especialista para que trabaje sobre el sentido y significado de esta actitud.

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