Para América Latina, el sentido de urgencia cobra más relevancia, pues se trata de una de las regiones más golpeadas por los efectos del cambio climático, como se ha visto en recientes casos de eventos extremos, como inundaciones y huracanes. Foto: Agencia EFE
Los países de América Latina destinaron unos USD 4 500 millones menos en 2016 a medidas destinadas a frenar el cambio climático, según se desprende los datos aportados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un encuentro celebrado esta semana en Santiago.
De acuerdo con los datos presentados por la Cepal del Encuentro Euroclima+, la financiación climática de América Latina entre 2013 y 2016 fue, aproximadamente, de USD 20 000 millones anuales.
Sin embargo, esta asignación sufrió una abrupta caída el año pasado, cuando alcanzó su punto más bajo, con USD 15 606 millones. Esta fuerte reducción tuvo especial incidencia en Brasil, el país con mayor inversión en estas materias, seguido muy por detrás por México y, en tercer lugar, Ecuador.
El Encuentro Regional 2017 de Euroclima+, que se desarrolló en la capital desde el pasado miércoles hasta este viernes 13 de octubre de 2017, abordó en su agenda temática las oportunidades y desafíos de la financiación climática.
Según se puso de manifiesto en este encuentro, América Latina es una de las regiones más golpeadas por los efectos del calentamiento global y ofrece importantes oportunidades de inversión en adaptación y mitigación.
Por ello, la inversión del sector privado será fundamental para financiar iniciativas en este terreno, como también políticas de inversión y planes de acción para sectores clave, liderados por los gobiernos.
“Los países latinoamericanos deben atraer capital privado y aumentar la inversión pública y privada en baja emisión de carbono e infraestructura resiliente, a una escala masiva y sin precedentes”, afirmó Horst Pilger, del área de Cooperación Regional con América Latina de la Comisión Europea y portavoz del programa Euroclima+.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, para el año 2020 las necesidades de inversión anuales en infraestructura verde para adaptación al clima y mitigación de cambio climático será de aproximadamente USD 5,7 billones.
Para América Latina, el sentido de urgencia cobra más relevancia, pues se trata de una de las regiones más golpeadas por los efectos del cambio climático, como se ha visto en recientes casos de eventos extremos, como inundaciones y huracanes.
En Latinoamérica, las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC) que cada país comprometió para dar cumplimiento al Acuerdo de París son un punto de partida crucial que requiere políticas de inversión y planes de acción para sectores clave.
“En Chile hemos ido avanzando en esta dirección en conjunto con el Ministerio de Hacienda, y apostamos a involucrar al sector privado y a la banca”, señaló por su parte el ministro chileno de Medio Ambiente, Marcelo Mena.
Los bonos verdes son el instrumento financiero para fines climáticos que más ha evolucionado en cuanto a cantidad y volumen de las transacciones, alcanzando a nivel mundial un total acumulado desde 2003 de casi USD 700 000 millones.
El crecimiento del uso de esta herramienta ha sido especialmente notable en los últimos años. “En 2016 se emitieron USD 90 000 millones, cantidad que duplicó los recursos de 2015”, indicó Heloísa Schneider, experta de la Cepal.
En 2014 se lanzaron las dos primeras emisiones de bonos verdes en Perú; en 2015, una en México y otra en Brasil; y en 2016 fueron emitidas un total de doce, por valor de USD 3 632 millones, el 80 % de los cuales correspondió a emisiones por privados.
El encuentro, en el que han participado delegados de los 18 países de América Latina, ha contado con ponencias de expertos internacionales de América Latina y Europa, como también talleres participativos entre los integrantes del programa Euroclima+.
Y la presencia activa de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Expertise France; la Fundación Internacional y para Iberoamericana de Administración y Políticas Públicas (FIAPP, España) y la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), así como también de las agencias colaboradoras de Naciones Unidas, ONU Medio Ambiente y Cepal.
Euroclima+ es un programa dotado de 80 millones de euros que apoya a los países en el cumplimiento del Acuerdo de París y que promueve la sostenibilidad ambiental y el desarrollo resiliente al cambio climático en América Latina, especialmente para beneficio de las poblaciones más vulnerables.