Pierre Commoy y Gilles Blanchard. Foto: Joel Saget / AFP
La diversidad de épocas, temas, técnicas, artistas, galerías y países marcó la 18 edición del primer salón mundial de fotografía Paris Photo, que abrió el viernes (14 de noviembre) sus puertas al público, a la espera de 60 000 visitantes.
La variedad pasa por “la procedencia de los artistas, que no son siempre únicamente fotógrafos, sino que a veces utilizan el medio y lo incorporan a otros procesos”, resaltó en una entrevista con el director de la feria, Julien Frydman.
Excolaborador del ministro socialista de Cultura Jack Lang y exdirector general de Magnum Photos Paris para Europa y los Emiratos Árabes Unidos, Frydman inició en 2011 una apertura al arte no solo fotográfico y considera que ahora “ha llegado a la madurez y se ha convertido en algo natural”.
El visitante pudo hacerse su propia idea de esta evolución hasta ayer, a la vista de los hallazgos propuestos en 169 estands por algunos de los mejores y más poderosos editores, libreros y galeristas de 35 países. El dato permite decir a Frydman, con toda “simplicidad”, que esta es “la mejor feria de fotografía y también la más importante del mundo”.
“La segunda tiene 80 expositores, es dos veces más pequeña y -añade- está además en competición con la feria que hace dos años lanzamos en Los Ángeles”, cuya tercera edición se celebrará del 1 al 3 de mayo próximos.
Los precios de las obras ahora expuestas en París, desde los inicios de la fotografía en el siglo XIX hasta las últimas vanguardias, oscilan entre los 100 euros y el millón y medio de euros (entre USD 124,6 y USD 1,8 millones).
Valor sin par en una feria internacional, la participación extranjera es aquí mayoritaria, y de las 143 galerías seleccionadas (ocho más que en 2013), 45 son francesas, 29 tienen su sede en Estados Unidos, 17 vienen de Alemania y una decena del Reino Unido.
Diez países participan por primera vez en esta cita bajo la bóveda acristalada del Grand Palais: Arabia Saudí, Australia, Brasil, Chile, China, Grecia, Irán, Taiwán, Túnez y Turquía, junto a otros habituales como Suiza, Holanda, Rusia, Italia, Austria, Dinamarca, Canadá, Australia, Sudáfrica, Japón, Hungría y Polonia.
España, que en 2005, en calidad de país invitado, llevó una quincena de expositores, contó en esta 18 edición con uno solo, el barcelonés +RMaserre, mientras América Latina sigue reforzando sus posiciones.
Continente hasta hace unos años prácticamente ausente del evento, en 2014 América Latina dispone de cinco estands: los mexicanos Grafika La Estampa y Patricia Conde; los argentinos Rolf Art y Document Art; y el chileno AFA.
El debut brasileño lo aporta Madalena, desde Sao Paulo, en la sección Editores/Libreros, en una de las 26 seleccionadas junto a Anticuaria Poema 20, de Buenos Aires y a la mexicana RM.
La creciente importancia del mercado del arte iberoamericano y de sus artistas sigue en galerías como Xippas, con sedes en París, Ginebra, Atenas y Punta del Este (Uruguay), y también en la del venezolano Henrique Faria. Este último, con sedes en Nueva York y Buenos Aires, y hasta hace unos meses en Venezuela, debuta en París con una exposición voluntariamente pedagógica centrada en la fotografía latinoamericana de corte conceptual creada entre mediados de los años setenta a principios de los agitados añosochenta.
Igualmente relacionada con Latinoamérica, una de las secciones estelares de Paris Photo, que está dedicada a las últimas adquisiciones del Museum of Modern Art (MoMa) de Nueva York, expone abundante obra de esos artistas.
Esta novedad se debe a que los “grandes museos y coleccionistas de repente se dieron cuenta de que América Latina era un territorio virgen”, comenta Frydman.
Una multiplicidad de factores permite este descubrimiento. Entre ellos, el director del salón cita el crecimiento de cierto número de países, que ha permitido revalorizar a algunos artistas; la existencia de coleccionistas importantes o la reciente exposición dedicada a la foto latinoamericana en la