América Latina es la región donde más cesáreas se practican en el mundo, más del doble de lo recomendable para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Expertos atribuyen este fenómeno a la situación de la mujer, los avances científicos y la seguridad de los médicos.
La OMS recomienda que la tasa de nacimientos por cesárea no exceda el 15%, mientras que en América Latina es de 38%, según el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2012 de Unicef.
En Brasil, el país que encabeza la lista, el 52% de los nacimientos se realiza por una cesárea y en algunos hospitales privados esta tasa alcanza el 100%.
“Una proporción significativa de bebés brasileños ha sido retirada del útero materno antes de su completo desarrollo uterino”, sostuvo María do Carmo Leal, de la Fundación Oswaldo Cruz.
En México, el segundo país latinoamericano con más cesáreas, el índice es del 43%, con mayor incidencia en el sector privado.
Pero, ¿qué es lo que lleva a las latinoamericanas a decantarse por esta opción no natural y que, según muchos expertos, puede derivar en trastornos para el niño, como una mayor tendencia a padecer diabetes u obesidad? Para el doctor Freddy González, miembro de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela, esto se debe a cuestiones que van desde los avances sanitarios hasta la voluntad de la mujer, cuya situación socioeconómica varió a lo largo del siglo XX.
“Hay motivos estéticos, la comodidad y seguridad al preferir una intervención planificada, pero sobre todo hay razones tecnológicas, porque ahora se pueden hacer mejores evaluaciones del feto y de la condición de la madre para detectar partos riesgosos”.