Un alegato por el pensamiento apocalíptico

Pankaj Mishra ha aprovechado su profundo conocimiento de la sociedad del sur de Asia para su obra literaria y también para reflexionar y escribir ar­tículos periodísticos. Foto: AFP

Pankaj Mishra ha aprovechado su profundo conocimiento de la sociedad del sur de Asia para su obra literaria y también para reflexionar y escribir ar­tículos periodísticos. Foto: AFP

Pankaj Mishra ha aprovechado su profundo conocimiento de la sociedad del sur de Asia para su obra literaria y también para reflexionar y escribir ar­tículos periodísticos. Foto: AFP

El mundo está saliendo de su rumbo. Cada día presenciamos acontecimientos hasta hace poco impensables y que difícilmente podemos digerir. Las herramientas que nos han servido durante décadas para descifrar nuestra realidad ya no sirven más.

Los intelectuales hacen frente y ofrecen explicaciones -si bien no soluciones- para la política mundial que nos deja alucinados. Una de las voces que argumenta esta constatación con más fuerza, con su estilo y aún más con sus argumentos, es el ensayista indo-inglés Pankaj Mishra.

Su nuevo libro, ‘La edad de la ira’, es una obra tan desesperante en sus conclusiones como bien argumentada e inteligente en su construcción.

¿Por qué estamos viviendo la edad de la ira? La respuesta de Mishra es simple. Es que cada vez más gente se da cuenta de que la promesa del capitalismo liberal y democrático no funciona para ellos, haga lo que haga.

No es posible el bienestar para todos, solamente para los que lideran el mundo y marcan el paso de la economía con sus reglas de intercambio que ponen la mayoría de la riqueza solamente al lado del mundo desarrollado y sus aliados.

El resultado es una distri­bución cada vez más desigual. Mishra cita un estudio de la revista Economist, con base en datos del Fondo Monetario Mundial, según el cual la gente de los países en vías de de­sarrollo tendría que trabajar más de 300 años para alcanzar el nivel de vida del que goza ahora la gente del Occidente desarrollado; ni qué decir que jamás lo logrará.

Al darse cuenta de esto, sostiene Mishra, la gente se rebela contra esta injusticia. El fi­lósofo alemán Peter Sloter­dijk ha comparado la economía global en su obra ‘Tiempo de ira’ con un sistema de bola de nieve criminal. Es un sistema que cada vez involucra a más gente para su funcionamiento y en el cual solamente los que llegan primeros ganan mucho; la gran mayoría, que viene después, pierde pagando.

El sistema capitalista necesita para su crecimiento cada vez a más participantes, y cuando no los hay es cuando se desploma. El sociólogo alemán Harmut Rosa, en su obra ‘Resonancia - Una sociología de las relaciones con el mundo’, describe el fenómeno del
sistema capitalista como “una modernidad de la aceleración”. Esta se estabiliza mediante un crecimiento continuo, donde el superávit de hoy es el desafío de mañana, hasta cuando el hombre se derrumbe totalmente exhausto.

La economía global ha sido excepcionalmente exitosa en extender su alcance. Ya llega hasta el último rincón. La gente se rinde a su paso porque las expectativas son prometedoras. Pero para poder participar tienen primero que aceptar las reglas del juego, que según Mishra tienen sus raíces en la época de la Ilustración.

Es entonces cuando el hombre deja sus creencias que le arraigan a una vida tradicional, cuando se emancipa, como lo dice Immanuel Kant. ­Esta emancipación es un proceso sumamente doloroso, ­dice Mishra.

Uno tiene que confiar en sus propias capacidades para poder participar en la economía de mercado. Pero no pocas veces el hombre se da cuenta de que no ha hecho más que sacar un boleto de la lotería con perspectivas mínimas de ganar, porque son los otros quienes definen las reglas. Es allí cuando el hombre se da cuenta de que ha perdido todo y con mucha ira se enfrenta a un sistema global que lo ha permitido.

Violencia y desarrollo

La violencia que vivimos es una reacción a esta desilusión, dice Mishra. Al darse cuenta de que han llegado tarde para aprovecharse del régimen nuevo, las sociedades tienden a aferrarse a su pasado glorioso que las hace diferentes. Existe la necesidad de afirmarse a sí mismas y subrayar la diferencia. De encontrar en lo suyo algo superior que lo inhiba de seguir un modelo que parece forzado y, por tanto, inferior.

Esto -dice Mishra desde una perspectiva histórica- les ha pasado tanto a Alemania y a Rusia en el siglo XIX. Al hacer frente a un mundo que cambiaba más rápido, ellos se aferraban más a su cultura. El resultado fue tanto el Romanticismo alemán tanto como la aclamación al alma rusa.

Según Mishra, el mundo ha pagado con dos guerras mundiales para ser tan liberal después de 1945. Interpretando el pasado de esta manera, el autor logra ser profético sin necesidad de decirlo. Él asume la perspectiva de los países que están a la cola del desarrollo. Si se comparan sus perspectivas con otras que se dieron en la historia, el panorama que muestra es bastante preocupante.

El tema del desarrollo es otro de los fuertes de ‘La edad de la ira’: Estar muy enfocado en los países en vías de desarrollo es enfocarse en un progreso mal interpretado, dice Mishra, porque supone que su única dirección va hacia sociedades de bienestar siguiendo pautas liberales, democráticas y capitalistas. No ha llegado el famoso fin de la historia, como lo expresó el pensador estadounidense influyente en el gobierno de Ronald Reagan, Francis Fukuyama, viendo el derrumbe del Muro de Berlín y la desa­parición del socialismo. Pero el modelo del capitalismo liberal democrático ahora no solamente se encuentra en crisis en la periferia, como en Turquía, Polonia o Hungría. Con la victoria de Donald Trump en EE.UU. y con el Brexit -la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea- ahora también ha llegado a los centros.

La base de la crisis del liberalismo la encuentra Mishra en el enfrentamiento entre los filósofos franceses Voltaire y Jean Jaques Rousseau. Voltaire es un ícono de la ilustración francesa. Él luchaba contra la influencia de la iglesia y todas las creencias que inhibían la libertad del hombre. Su compatriota contemporáneo, igualmente reconocido, le peleaba a muerte. Rousseau encontró en la libertad del hombre el desmantelamiento de la sociedad. Su pregunta: “¿cómo es posible construir una sociedad humana de bienestar común basándose en un individualismo en el cual cuenta solo la victoria en la lucha del uno contra el otro?” La controversia entre los dos filósofos expuesta por el filósofo alemán Federico Nietzsche -dice Mish­ra- le dio la idea para escribir ‘La edad de la ira’. Mish­ra no ofrece soluciones. Como dice en una entrevista con el periódico español El País: “La única solución es parar lo que venimos haciendo y dejar de destruir el planeta. Asumamos el pensamiento apocalíptico y démonos cuenta de que todo esto nos conduce inexorablemente al final”.

No obstante, queda alguna esperanza después de la lectura: si el pensamiento humano fue tan poderoso para cambiar el mundo en el pasado, ¿por qué no será también en el futuro?  

Pankaj Mishra

Nació en 1969 en el norte de la India. Se licenció en Comercio en la Universidad de Allahabad, es máster en Literatura Inglesa por la Universidad Hawaharlal Nehru de Nueva Delhi.

En 1992 comenzó a publicar ensayos y artículos en el India Review of Books, The India Magazine y el periódico The Pioneer.

Posteriormente, ha colaborado con numerosos periódicos y revistas tanto de Estados Unidos como de Inglaterra. Otra obra referencial suya es ‘De las ruinas de los imperios’.

*Periodista

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