Tras permanecer las vacaciones haciendo fila para conseguir un cupo, los alumnos que ingresan al octavo de básica al fin se matriculan desde ayer en los establecimientos de mayor demanda.
En las afueras del colegio Quito, por ejemplo, decenas de niñas esperaban que sus madres salieran y les confirmaran que ya son parte de esa institución. Algunas se mostraban inquietas y de rato en rato espiaban por la rendija de la puerta principal.
El Ministerio de Educación (ME) dispuso que desde ayer hasta el viernes 27 sean las matrículas para el 8vo. año. Esa medida rige para los centros fiscales con más de 1 200 alumnos y solo en Pichincha se inscribieron 14 000 estudiantes.
fakeFCKRemoveLa rectora Sonia Vacas confirmó que las 400 alumnas que se inscribieron podrán matricularse. Pero Silvia Gavilema no se arriesgó. Ella hizo fila desde las 03:00 de ayer para conseguir un turno. El portero de la institución entrega cada día más de 200 tiquetes desde las 07:00.
El rostro de Gavilema reflejó satisfacción al matricular a su hija. Aún recuerda lo complicado que fue conseguir un cupo para Joselin. “Primero salió en el sorteo, después desapareció de la lista y luego me tocó amanecerme”. Así describe al polémico proceso que se vivió en los planteles con más demanda.
Por primera vez, el ME propuso un sistema electrónico de preinscripción y sorteo de cupos. Pero este no funcionó. Los padres de los alumnos que no lograron una plaza no se conformaron con inscribir a sus hijos en colegios no tradicionales.
Las cosas se agrabaron cuando se anuló el sorteo del 16 de julio por una supuesta alteración en los datos. Los padres ocuparon a la fuerza planteles como Mejía, Montúfar y Manuela Cañizares.
Gloria Vidal, ministra de Educación, ordenó el inicio de un nuevo proceso y priorizó a alumnos con altas calificaciones.
Por eso, María Sarayasuma no inscribió a su hija en el colegio Quito. Allí se registraron alumnas con 18 a 20 puntos, pero la niña tiene un promedio de 15. “No quiere saber de ningún otro colegio”, contó ayer la madre, entre lágrimas.
Pero otros padres de familia inscribieron a sus hijos donde pudieron. Nasaria Cruz durmió afuera del colegio 5 de Junio, en el sur de Quito, para lograrlo. Ese plantel no estuvo entre las opciones de su hijo Klaus Acosta, quien tiene un promedio de 17,5. Él quería ingresar al Central Técnico, Sucre o Mejía. Pero en la primera semana de inscripciones ya se acabaron los cupos.
Mientras en el colegio Amazonas se registraron alumnos con más de 17,5. El inspector Vicente Zambrano aseguró que el plantel tiene un sistema informático de asignación de cupos desde hace tres años. Pero el ME lo anuló para iniciar su proceso de inscripción en línea.
Carmen Espinoza y su hija Anahí Borja se mostraron conformes con ingresar a este plantel. “Me gusta el uniforme y además vivo cerca”, confesó la joven.