El secreto de la fuerza descomunal de Popeye no radica específicamente en la espinaca, sino en uno de sus componentes: el ácido fólico o folato, una vitamina del grupo B que ayuda al organismo a crear nuevas células. Aunque este elemento es necesario para todas las personas, cumple un papel fundamental en una etapa de la vida de la mujer. Victoria Argote, ginecóloga del Hospital de Especialidades San Bartolo, explica que es indispensable en el asesoramiento preconcepcional, porque cuando una mujer tiene suficiente ácido fólico en su cuerpo, antes y durante el embarazo, puede prevenir defectos congénitos importantes en el cerebro y la columna vertebral del bebé.
Los daños más comunes en el feto son la espina bífida (una malformación que no permite que la médula espinal y la espina dorsal se cierren completamente), la anencefalia (desarrollo interrumpido del cerebro) y labio leporino (hendidura o separación en el labio). Todos estos defectos ocurren durante los primeros 28 días del embarazo, generalmente antes de que la mujer sepa que va a dar a luz. Según Marta Ríos, nutricionista, se puede encontrar ácido fólico naturalmente en las frutas, verduras y los vegetales crudos de hojas verdes. En Estados Unidos, la Secretaría de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) exige que se añadan 140 mcg (microgramos) de ácido fólico por cada 100 gramos de cereales, pastas y otros alimentos enriquecidos. Esta medida hace que sea más fácil incluirlo en las dietas.
A pesar de que no es algo establecido, Ríos comenta que en el país existen panes que contienen este ingrediente. Es importante fijarse en este contenido en las etiquetas porque los especialistas recomiendan consumir 400 mcg de folato cuando se está en edad fértil y 600 mcg durante los primeros meses de embarazo.
Las tabletas de ácido fólico también son una opción para cumplir con este requerimiento. Argote indica que el ginecólogo tratante debe tomar en cuenta algunas situaciones como antecedentes familiares de anomalías congénitas y administración de medicamentos anticonvulsionantes, antes de fijar la dosis. Además, hace énfasis en la importancia de la planificación familiar. “Una persona debe suspender los anticonceptivos antes de embarazarse y cuidarse con un método de barrera mientras toma el ácido fólico”, indicó.
El hombre también se debe preparar antes de la gestación, tomar la misma pastilla que su pareja y abandonar el consumo de tabaco y alcohol. Estudios recientes relacionan la deficiencia del folato con el autismo, un trastorno que aparece en los primeros 3 años de la vida y afecta el desarrollo normal de las habilidades sociales y de comunicación. Los resultados de las investigaciones determinan que aquellas madres que tomaron suplementos de ácido fólico al comienzo del embarazo tienen un riesgo un 40 ciento menor de dar a luz hijos con autismo, porque es un elemento necesario para la síntesis y la reparación del ADN (contiene instrucciones genéticas). El pediatra Paúl Villares señala que la mala absorción de esta vitamina puede causar anemia. Esto dificulta que la sangre transporte suficiente oxígeno al cuerpo y provoca fatiga, palidez, úlceras bucales y pérdida de peso. Para los médicos es fundamental destacar que esta vitamina es hidrosoluble, no incrementa el peso ni provoca efectos adversos.
Alimentos que contienen la vitamina B9
La espinaca es una de las mayores fuentes de ácido fólico. Las recetas, en las que se emplean las hojas más tiernas, son las que aportan más vitaminas. Consérvela en refrigeración.
Frijoles son legumbres ricas en vitamina B9. Un tazón pequeño de ellos puede darle al cuerpo los requerimientos diarios de este nutriente. Especialmente las lentejas.
Semillas de calabaza, de sésamo o de girasol tienen folato. Rocíalas por encima de tus ensaladas diarias. Puedes hacer lo mismo con cualquier fruto seco: maní y nueces.
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