En el Salón de la Ciudad, 157 alumnos portaban una banda con la Bandera del Ecuador. Sentados en el centro del auditorio esperaban que el reloj marque las 17:00 para recibir la Mención de Honor Estudiantil.El jueves pasado, el Municipio de Quito preparó un homenaje para los alumnos con el más alto promedio. Asistieron los abanderados de planteles fiscales, municipales y particulares.
Afuera del Salón, cientos de padres de familia hacían fila desde las 16:00. Mientras que los alumnos ya estaban dentro del auditorio para ensayar. Augusto Naranjo, de 11 años, repasaba las líneas de su discurso. El estudiante del Liceo Policial fue elegido para representar a los demás alumnos.
Al ser abanderado, señaló, se siente una gran alegría. El pequeño dijo que estudió mucho para tener buenas calificaciones. Cuando crezca espera ser un ingeniero electrónico, como su padre. “Esforzándose un poco se puede llegar a ser lo que quiera”.
Cada alumno recibió un diploma y una medalla. Uno a uno, los nombres de los abanderados se escuchaban en el Salón de la Ciudad, mientras los padres atendían para aplaudir cuando llegue el turno de su hijo.
Karen Villarreal (12), de la Escuela Mercedes González, dijo que su maestra de siempre fue su madre. En el plantel logró el mejor promedio en conducta aunque siempre ha tenido “rivales” entre sus compañeras .
Junto a ella estaba Karen Arévalo (12), de la Escuela El Carmen. “Ser abanderada es demostrar que todos podemos”. La niña recordó que no dormía bien cuando se preparaba para los exámenes. Vestida con su uniforme impecable, opinó sobre los niños que no pueden ir a la escuela. “No deben decaer porque sus papás no consiguen trabajo y aunque no estudien deben ser mejores que los que tenemos esta suerte”.
En eso estuvo de acuerdo Karen Torres (12), de la Escuela Humboldt. Por eso agradeció a sus padres por apoyarla siempre. Su sueño es ser una pediatra, dijo.