El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) lanzó un llamado. Lo hizo con motivo del 11º Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que ayer se recordó bajo el lema ‘Meter un gol y erradicar el trabajo infantil’.El organismo pidió que se combatan con renovada urgencia en todo el mundo las peores formas de trabajo infantil.Según cálculos de Unicef, en el mundo hay unos 150 millones de niños y niñas de 5 a 14 años de edad que participan en el trabajo infantil. Las faenas constituyen una amenaza a la educación y a la seguridad de los menores. “El trabajo infantil atenta contra los avances hacia la conquista de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la educación, la pobreza, las cuestiones de género y el VIH/sida, y que ninguna política individual puede poner fin al trabajo infantil de manera unilateral”. Así lo afirmó Susan Bissell, jefa de Protección de la Infancia de Unicef. “Para dar respuesta eficaz al problema del trabajo infantil es necesario tomar unas serie de medidas respecto del empleo en trabajos decentes, la creación de sistemas de protección social que tengan en cuenta las necesidades y características de los niños y la ampliación de los servicios básicos, a fin de que beneficien a los más vulnerables”.Pese a que las estadísticas demuestran que el trabajo infantil disminuye a escala mundial, en los países de África subsahariana, donde se había logrado una modesta reducción, la tendencia se ha revertido. Los datos más recientes indican que la proporción de niños que trabajan en esa región uno de cada cuatro, lo que constituye la tasa más elevada del mundo sigue en aumento.En la región de Asia y el Pacífico, entre tanto, trabaja uno de cada ocho niños. Mientras que en América Latina y el Caribe la proporción es uno de cada 10 niños, hasta alcanzar un total e 14,1 millones de menores que trabaja, según los datos de la Organización Internacional del Trabajo. En Ecuador, 662 000 niñas, niños y adolescentes trabajan, según datos del INEC hasta el 2006.Pero esas estadísticas pueden llamar a engaño. Los datos que dependen de información obtenida de encuestas domiciliarias de poblaciones, a menudo pasan por alto a los niños migrantes, a los huérfanos, a los que son víctimas de los tratantes de menores y, en especial, a las niñas.En una conferencia mundial sobre las peores formas de trabajo infantil que se llevó a cabo en La Haya, Unicef se comprometió a elaborar nuevas metodologías de obtención de datos, para recabar información sobre el trabajo ‘invisible’ de las niñas.