Silvia Campoverde recibió una beca del Ministerio de Salud para estudiar Oftalmología. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los estudiantes devengan el beneficio en las zonas menos atendidas del país.
Para dotar de médicos a las zonas menos atendidas, el Ministerio de Salud Pública (MSP) entrega becas de especialización, pero antes define dónde devengarán este beneficio el doble de años que estudiaron.
Si el posgrado dura dos años trabajarán cuatro. La política es de dos por uno, con un máximo de seis años, en las provincias donde hay más necesidades.
Según el Anuario de Servicios y Actividades de Salud del INEC, 2012, la región con menos cobertura es la Amazonía.
Hasta ahora se han entregado 3 027 becas y se prevé otorgar 13 243, hasta el 2017. Para evitar deserciones, a quienes no cumplen estas condiciones se les aplican multas económicas, explica Andrés Cadena, director de Talento Humano del MSP.
Aunque hay casos en los que abortan el programa. La oftalmóloga Silvia Campoverde, de 30 años, abandonó la plaza que le fijó el MSP, tras seis meses de trabajo. Tras estudiar su posgrado debía trabajar un año en Lago Agrio y dos en Sto. Domingo.
Por su embarazo pidió trabajar de miércoles a domingo y así cumplir 40 horas semanales, pero el MSP no lo aprobó. La norma fija 8 horas diarias, de lunes a viernes. Calcula que debe más de USD 10 000.
“Atendía 30 pacientes diarios. Pedí arreglar mi horario porque los médicos somos seres humanos y con más de 25 años ya tenemos familias”, reitera.
Ecuador, al ser parte de los Desafíos del Llamado a la Acción de Toronto, debe reclutar el 30% del personal de salud para atención primaria de sus propias comunidades.
Se prevé entregar 3 000 becas para Técnicos en Atención Primaria en Salud (TAPS) y de estos ya se concedieron 1 673.
También coordinan con universidades para priorizar la especialización de quienes son de zonas lejanas o donde hay brecha de especialidades y un incentivo estatal para el reclutamiento local con bono geográfico (dos salarios básicos).
Otro desafío es que las universidades reorienten su formación hacia la atención primaria y las necesidades de la salud comunitaria y de las poblaciones subatendidas.
De las 55 universidades públicas y privadas, 22 ofrecen carreras médicas, principalmente en Pichincha, Guayas, Azuay, Manabí, Chimborazo, Tungurahua, Loja y El Oro.
Las que más doctores gradúan son la Estatal de Guayaquil y Central de Quito. Ocho instituciones educativas, entre públicas y privadas, forman 600 médicos familiares y comunitarios bajo este nuevo modelo.
Con el Consejo de Educación Superior (CES), Senescyt y las universidades, además, se diseña la malla curricular única para formar médicos generales.
Ximena Díaz, presidenta de la Comisión de Salud del CES, añade que este año elaboran la malla académica para Epidemiología y una maestría en Bioética, con siete centros.
La Central es una de las que más posgrados ofrece. Milton Tapia, decano de la Facultad de Medicina, precisa que ofertan 23 especialidades, en cada una tienen entre 15 y 25 estudiantes.
Los posgradistas, generalmente, requieren las becas que otorga el MSP, pues el año cuesta USD 4 000 y seguir una especialidad toma, entre 3 y 5 años. En este tiempo reciben clases y rotan en los hospitales públicos y privados. El MSP les paga USD 1 600 al mes.
Tapia enfatiza en que el problema es que la mayoría quiere ejercer en las capitales de provincia. “No van a la Amazonía. Y cuando un posgradista es obligado a devengar su beca en una de esas plazas prefiere renunciar y no trasladarse”.
“Las unidades de salud primarias no suelen dar garantías para atender a los pacientes, además los médicos queremos formarnos continuamente y no hay esa oportunidad en esos rincones del país”, dice Tapia.
En el 2009 salieron 2 393 nuevos médicos generales y al cierre del 2013 fueron 2611, pero la mayoría de graduados optan por quedarse en Pichincha, Azuay y Guayas, reiteran los directivos de la Federación Médica Ecuatoriana.