En un deporte donde se busca 'buen viento y buena mar', Matías Dyck se destaca entre los veleristas ecuatorianos a pesar de vivir a cientos de kilómetros de la Costa.
Matías Dyck tiene 19 años y se destaca en la Clase Laser Standart, en botes con vela para un pasajero. En enero compitió en Miami y hasta la última regata mantuvo posibilidades de ganar un cupo para Río 2016.
El viento sopla con fuerza y el barco se inclina sin medio, apenas rozando el casco. "Parece una alfombra voladora", cuenta el navegante francés Alain Thébault, capitán del 'hidroptero', dispuesto a romper próximamente el récord entre Los Ángeles (Estados Unidos) y Honolulu (Hawái). Video: AFP
Sentir el viento en el rostro y dominar las corrientes de agua, al menos por un momento, es posible mientras se hace velerismo en el lago San Pablo, ubicado a 4 kilómetros de Otavalo. Ya no hace falta movilizar los botes hasta las orillas del mar para realizar esa actividad.