Manzur es un niño de 13 años que nació en la ciudad de Alepo, pero desde que estalló la guerra en Siria es uno de los tantos refugiados que se afincó primero en el Líbano y desde hace un año en Uruguay. Ahora juega al fútbol con otros niños sirios en la céntrica plaza Independencia de Montevideo, frente a la sede del gobierno, donde los adultos decidieron acampar para exigir que se los devuelva al Líbano.