Tiene 100 años y lleva más de 50 trabajando como terapeuta sexual en Nueva York. Shirley Zussman, tras nacer en los comienzos de la Primera Guerra Mundial, vivió la revolución sexual y aparición de la pastilla anticonceptiva en los años 60, los temores sobre el sexo libre ante el Sida en los 80, y como ella dice, la “falta de conexión real” que hoy provoca la pornografía en Internet, los smartphones y el vivir corriendo por acaparar más.
Todos saben que el sexo logra que las mujeres se sientan más cercanas a sus parejas, que los hombres acepten que los tacones delgados y altísimos hacen que ellas luzcan provocadoras y que estar juntos debajo de las sábanas es mucho mejor que cualquier otro placer que la vida ofrece. ¿Se han preguntado por qué?
El encuentro con la nueva pareja es fabuloso, pero siempre hay algunas cosas inevitables que deben ser enfrentadas. ¿Qué tal si se trata de un demonio en la cama?
Esta idea no es nueva y se habla de ella como algo muy común. Los políticos parecerían que están dispuestos a sacrificar su carrera y su familia por el sexo, mientras la gente común y corriente regularmente destruye sus vidas porque no logra permanecer fiel a sus parejas.