Un laboratorio científico en Ecuador busca, desde hace 15 años, cumplir un rol preponderante en Latinoamérica en cuanto a la conservación e investigación de 70 especies anfibios: es la Balsa de los Sapos y alberga a más de 1 500 especímenes.
El sapo andino del Carchi (Rhaebo colomai) reapareció en el país después de 35 años. La última vez que se vio a un ejemplar de esta especie en Ecuador fue en 1984 y, desde ese momento, se empezó a pensar que podía estar extinto.
Un compuesto presente en la piel de una especie de sapos del sur de la India destruye el virus de la influenza H1, lo que ha llevado a un grupo de científicos a investigar si es posible crear con él un fármaco antigripal.
Los sapos pueden percibir vibraciones de baja frecuencia en su oído interno y ello les permite detectar la lluvia desde sus refugios subterráneos, según un estudio liderado por el español Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y publicado en la revista Current Biology.
Una serpiente con los colores del arcoíris en su cabeza y una lagartija con cuernos están entre las especies más llamativas de una lista de 163 animales y plantas desconocidos que fueron descubiertos por los científicos el año 2015 en el río Mekong, informaron este lunes 19 de diciembre los investigadores.
Un grupo de investigadores brasileños descubrió una nueva especie de sapo minúsculo, que se caracteriza por medir poco más de un centímetro, del que se sospecha que ya está amenazado de extinción y cuyo hábitat se limita a una región montañosa en el sureño estado de Santa Catarina.
En esta reserva privada, ubicada al noroccidente de Pichincha (Sierra de Ecuador), se han encontrado tres nuevas especies de anfibios, únicos en el mundo. También es el hogar de 300 tipos de aves.
No se lo había visto hace 42 años. Lo único que se sabía era que habitaba en los bosques nublados del norte del país, específicamente en Tandayapa, noroccidente de Pichincha.
Es fuerte, venenoso y se oculta con pericia bajo las hojas muertas de los bosques húmedos de los Andes peruanos. Es la Rhinella yunga, una nueva especie de sapo descubierta por un equipo internacional de investigadores en la selva central de Perú.