Las figuras del expresidente de Ecuador Jaime Roldós y su esposa Martha Bucaram son los protagonistas de un Memorial que se inauguró la mañana de este miércoles 11 de diciembre del 2019, en el norte de Guayaquil.
La biopolítica alude a la relación entre política y vida. Y es un concepto crucial en el teatro de grupo de Muégano, solo equiparable con la comedia que surge de la mofa ante la realidad (o ante la macropolítica) y de la reflexión ante lo que constituye la biografía de los propios actores. Esos son los ejes de un taller de escritura teatral que impartirá en Guayaquil el actor y dramaturgo Santiago Roldós, codirector del grupo.
Para el director y dramaturgo Santiago Roldós, el teatro es un juguete; uno que necesariamente tiene que ser desarmado y vuelto a armar a través de una serie de diálogos y encuentros colectivos.
Los familiares y amigos de Jaime Roldós y su esposa, Martha Bucaram, recordaron los 34 años de la muerte del presidente ecuatoriano. En declaraciones, la familia se mostró sorprendida ante la revelación del ministro de Defensa, Fernando Cordero, que muchos documentos sobre el avión fueron incinerados en 2003.
Para comprender la naturaleza del taller permanente de dramaturgia de Santiago Roldós, que acaba de iniciar ayer en Guayaquil, se puede partir por lo que no es. No es una simplona reproducción de la realidad. No es la versión oficial de nuestros conflictos individuales. Es una forma de violentarse a uno mismo para violentar la realidad y alterarla. Es dialogar pero sin caer en la corrección política y en el lenguaje predeterminado.
¿Qué es lo primero que piensa al ver que el Defensor del Pueblo califica de 'repugnantes' a espacios de humor por sus mensajes discriminatorios y pide que sean eliminados? A diferencia de Molière, Chaplin o Darío Fo, y de lo que ciertos grupos de teatro independiente intentamos, en Ecuador lo corriente es reírse y denigrar al otro, en lugar de reírse de uno mismo. Me pregunto si, al librar esa batalla en el terreno de la coerción y la macropolítica del Estado, no se afianza más al orden patriarcal generador de esa violencia. El sentido del humor de nuestro Primer Mandatario, a quien algunos mandantes no solo no cuestionan sino ante quien más bien se someten, guarda mucha relación con ese sentido de la denigración.