Más de 60 millones de estadounidenses han depositado ya su voto para la elección presidencial a falta de ocho días para los comicios, un ritmo de récord que podría desembocar en la mayor participación en más de un siglo, según datos del lunes 26 de octubre del 2020 del Proyecto de Elecciones en Estados Unidos.
La pandemia obligó a muchos artistas a replantear álbumes que estaban hechos, a pensar si era conveniente posponer sus lanzamientos e incluso a decidir si cambiaban canciones o portadas. Quizás, cuando el tiempo permita adquirir una mayor perspectiva de lo que dejó el covid-19, se pueda decir que en esta página está gran parte de la banda sonora de estos días de incertidumbre.
Ruidos del Sótano, llamado como la plaza del hip hop, es un festival que organiza un grupo de amigos de la comunidad de Peguche, en Otavalo. En la segunda edición, que se desarrollará el 8 de febrero del 2020, actuarán artistas de Quito, Cuenca, Guayaquil e Imbabura.
Independiente del Valle cumplirá este sábado 18 de enero del 2020 el quinto día de entrenamiento y en horas de la tarde viajará a Perú.
La digitalización de los bienes físicos reducirá el comercio transfronterizo y el pago de aranceles. En el 2020, el G20 quiere aplicar un impuesto digital a gigantes tecnológicos.
La música celta, que cuenta con sus canciones historias ancestrales de la cultura europea, retumba de una forma especial en oídos latinoamericanos por su sabor de lo antiguo y sus reminiscencias a otras músicas de raíz folclórica populares en la región.
Los años 20 están de vuelta con fiestas temáticas, grupos musicales y clases de baile que rescatan el género del swing y del charlestón en Quito. Este ritmo, que forma parte del género del jazz, fue muy popular hasta los años 50 por su baile veloz y por sus vestuarios vistosos y coloridos.
En 10 minutos un grupo de personas –hombres y mujeres- sumó cerca de 300 abdominales. Se pusieron felices después de escuchar a Chris Smith, personal trainer, mencionar ese número.
En algunas ocasiones, frente a las prisas, el estrés, la falta de tiempo y el poco espacio en esta ajetreada ciudad, algunas personas comen de pie. La vida diaria citadina no permite que las personas degusten de manera tranquila los alimentos. A todo esto hay que agregar que, además comer en esta posición, afecta a la salud.