Terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones son algunos eventos catastróficos a los que se expone la ciudad de Quito. A su vez, es vulnerable a tensiones crónicas como el desempleo o deficiencias en el sistema de trasporte público. La capacidad para afrontar, e incluso salir fortalecido, de este tipo de eventos o tensiones crónicas se denomina como resiliencia urbana.