La creciente inseguridad que envuelve al país, fruto de la invasión del narcotráfico, orquestada por poderosos carteles internacionales, que han encontrado terreno fértil en la tolerancia a la tenencia de drogas, en la expulsión de la base de Manta y en la inclusión de representantes de traficantes, en la política, nos ha llenado de incertidumbre: […]
Están en investigación hechos de corrupción de los últimos 14 años, lo que ha originado ocultos pactos para colocar autoridades de control afines a intereses delincuenciales.
La Muy Noble e Hidalga ciudad de San Francisco de Quito, Carita de Dios, Luz de América, germen de rebeldía, cuyos valientes defensores prefirieron incinerarla antes que verla sometida a la ambición ilimitada de los conquistadores; altiva en su inconformidad con mitas, esclavitud y obrajes; escenario orgulloso de revoluciones en contra de los impuestos de las alcabalas y de los estancos, que empobrecían a los nativos y fortalecían a la corona allende el mar; y de manifestaciones masivas que sirvieron para expulsar a gobernantes corruptos, es la capital que ha sido dirigida por alcaldes que la han honrado y se han honrado de servirla: Andrade Marín, Durán Ballén, Paz, Sevilla, Mahuad, Moncayo, Vallejo, entre otros personajes de fuste.
Radio Francia Internacional: Ecuador es uno de los países de peor manejo de la vacunación en el mundo. Revisamos las cifras de personas vacunadas en cuatro países sudamericanos: Chile 54 personas, Brasil 9, Colombia 4, Ecuador 1, todas por cada 100 habitantes. Respecto de las pruebas diagnósticas de covid-19 -cada 1 000 habitantes- Chile 640 pruebas, Uruguay 428, Ecuador 62, (Ecuador último).
Fue un año que quedará en la memoria de nuestro país y del mundo como uno de los peores por sus días de tragedia. Si el ciclo vital tiene un inicio y un final, su alteración abrupta se relaciona con sucesos infaustos: fenómenos naturales, enfrentamientos armados, epidemias y pandemias con bacterias y virus cada vez más agresivos. Llevamos el dolor de haber perdido a familiares y a seres cercanos por el covid-19.
Si nos imaginamos una batalla en la que nuestros soldados estén carentes de armas y de municiones indispensables para defendernos y atacar al enemigo y que, por la intensidad del conflicto, no puedan descansar, ni tener relevos; mientras el implacable, poderoso y feroz contendor se presente indescifrable, más nocivo, letal y cobre cada segundo más y más víctimas, no solo entre los combatientes, también en la población general y si nuestro gran general aparente no captar o no percibir la enorme gravedad del desigual enfrentamiento y, en lugar de arengar a sus milicias fieles y sacrificadas para envalentonarlas, diga a viva voz que todo está controlado, que ningún herido está abandonado y que todos tienen que prepararse para morir…. el éxito de este largo enfrentamiento habrá de alejarse cada día más.
La curva de contagios del covid-19 sigue en ascenso, las camas de los hospitales están copadas, las terapias intensivas saturadas, aumenta el número de fallecimientos, hay carencia de médicos y de personal de salud, no se cumple el ofrecimiento de dar contratos fijos a los profesionales que fueron enlistados temporalmente y que combaten en primera línea la pandemia, tampoco se pagan los salarios de los jóvenes médicos postgradistas que se han sumado a la heroica tarea; se recogen cadáveres en domicilios y en las calles. Si la gente no acata las medidas restrictivas, la pandemia incrementará su nocividad.
Las lágrimas, el dolor, la inseguridad, el temor y la angustia, se han convertido en expresiones cotidianas de la vida de los habitantes de nuestro planeta.
El Estado cimienta su gestión en tres pilares: la seguridad, la salud y la educación. La seguridad, que requiere de la protección de las fuerzas del orden público, tuvo su inflexión cuando protestas vandálico-políticas inutilizaron al Ejército y a la Policía.
El corazón es un órgano complejo, permanentemente activo, que descansa únicamente con el fallecimiento de la persona a quien ha provisto de sangre y oxígeno durante toda la existencia. Su trabajo armónico mantiene presiones, flujos, y salud. Sus alteraciones enfermedades múltiples.
Nuestro país ha sido víctima de infaustos sucesos: paludismo, tuberculosis, desnutrición, diarreas, cólera, cisticercosis, oncocercosis, enfermedades venéreas, terremotos, inundaciones, golpes de Estado, guerras y plagas muy peculiares, tremendamente dañinas, unas heredadas y otras, muchas más, consuetudinarias, agudizadas hace trece años: la incultura, el irrespeto, el abuso, la prepotencia, el ansia ilimitada de hurtar dinero del Estado, con coimas y sobreprecios, sin el menor remordimiento de haberlo substraído a la salud y a la educación de la gente a la que ofrecieron beneficiar; la apropiación indebida de montos millonarios por obras no ejecutadas o dolosas, la desfachatez de malabares monetarios y desplazamientos aéreos fantasmas con misteriosas cargas fraudulentas. No son virus, ni bacterias, son la codicia, la ambición y la sinvergüencería, vectores de estas plagas, que robaron el dinero con que se hubieran salvado muchas vidas arrebatadas por el covid-19 y adquirido pruebas y
China, España, Italia, Francia, EE.UU., Brasil, Argentina, Inglaterra y México, son países que, por el gran desarrollo de la ciencia y docencia en medicina, se han constituido en los principales centros de formación de médicos del orbe.
Las condiciones políticas, sociales y económicas de nuestro país difieren enormemente de las de otras naciones. Vivimos una recesión económica heredada del desastroso gobierno anterior y mal corregida por el actual.
En la década de 1960 estudiantes de medicina de California, encontraron un virus nuevo del tracto respiratorio, lo fotografiaron con microscopio electrónico y constataron que tenía una estructura semejante a una corona. Con el tiempo se hallaron sesenta virus similares.
Una larga lucha de las facultades de medicina del Ecuador, de los colegios de médicos provinciales y de la Federación Nacional de Médicos precedió a la creación del Ministerio de Salud, el 16 de junio de 1967, por la Asamblea Constituyente. Hasta esa fecha, el Ecuador era el único país de América que no contaba con un ministerio de salud.
Antonio Valencia, el ejemplar futbolista que demostró, en países europeos, la extraordinaria valía del deportista ecuatoriano, afirmaba en una entrevist que, al volver al país, le llamó poderosamente la atención el cambio conductual de la gente. Afirma que dejó un ambiente de cordialidad, respeto, gentileza y amabilidad, opuesto al que hoy exhiben sus compatriotas: ira, odio, intolerancia y grosería.
El descalabro económico que dejó como legado el gobierno anterior ha sumido al país en una situación deplorable: endeudamientos fastuosos a plazos reducidos e intereses muy elevados, juicios multimillonarios sentenciados en contra del Estado por la incapacidad de los procuradores y por la soberbia prepotente del mandatario prófugo, miles de millones de dólares substraídos en coimas y sobreprecios por una amplia red de funcionarios de alta y mediana representación, obras faraónicas, de costos colosales, incompletas, mal construidas o abandonadas con inmensos despilfarros, histrionismo injustificado que ahuyentó a la inversión externa con leyes y reglamentos absurdos, constituyeron, entre muchas otras causas, la expresión del más irresponsable y delictuoso manejo económico en la historia.
Intrascendente se escucha la expresión, justificada en tiempos pretéritos, “Ecuador, isla de paz”. Las conflagraciones en que estaban sumidos los países vecinos daban origen al evidente contraste.
Cuando un líder transluce dudas o inseguridades en sus actos, pierde credibilidad y debilita el respaldo que pudo haber logrado con pronunciamientos y acciones previas.
Honor y vergüenza, honradez y corrupción, verdad y mentira, son varios de los opuestos que tapizan el sendero vital de los seres humanos. Unos caracterizan su existencia con cualidades y otros con defectos. Los primeros construyen, los segundos destrozan.