El gremio arbitral, presidido por Alfredo Intriago, fue capaz de mover los cimientos del fútbol ecuatoriano con sus reclamos. El año pasado, tras haber sido agredida en Ibarra la terna arbitral que dirigía el partido Pilahuín Tío vs. Delfín, los ‘pitos’ presionaron hasta que el club imbabureño fuera alejado de la competencia profesional. En febrero del 2012, los jueces de todo el país no se presentaron a dos jornadas del torneo, en reclamo por mejores condiciones. La FEF debió ceder, también en ese caso.