La poesía actual juega con sus formas

Durante una lectura. En el auditorio de la Facultad de Filosofía de U. Central, el poeta colombiano Antonio Correa lee sus textos. El resto de participantes espera su turno.

Durante una lectura. En el auditorio de la Facultad de Filosofía de U. Central, el poeta colombiano Antonio Correa lee sus textos. El resto de participantes espera su turno.

Entre escritores de cabello cano y otros más jóvenes, la poesía, en diferentes voces y expresiones, se ha escuchado en Quito desde el lunes pasado.

Ese día se dio la primera lectura del II Encuentro de poetas en Ecuador, Poesía en paralelo cero. Una oportunidad para entrar en contacto con este género literario y discutir sobre él...

La semana pasada, el cantautor Joaquín Sabina mencionaba en rueda de prensa que ante la canción, la poesía se ha encerrado en un círculo de poetas que escriben para otros poetas que pueden descifrar sus códigos.

Xavier Oquendo Troncoso, organizador del encuentro, se suma en parte a esa opinión, pues dice: la poesía se ha encapsulado en un metalenguaje y se ha desligado de la poética del trovador. Sin embargo, el poeta ambateño cita lo que el mexicano Octavio Paz llamó ‘el misterio de la poesía’, una comunicación más difícil y exigente para el lector.

Oquendo también reconoce la escritura de otros autores más comunicadores, que se acercan a una línea musical y que le dan urgencia a la relación entre el poeta y el escucha. “Los dos estilos son válidos”, concluye quien organiza el encuentro en el que participan 27 escritores, entre nacionales y extranjeros.

Las lecturas se han desarrollado en el Teatro Prometeo y la Facultad de Filosofía y Letras de la U. Central, donde se ha podido ver que la poesía sigue abriéndose camino en la pluma de jóvenes escritores. Uno de ellos, el guayaquileño Augusto Rodríguez (1979), ve en el movimiento de autores nacionales un fenómeno interesante de diferentes tendencias, que no se juntan en una línea específica.

Mientras que, según el escritor ecuatoriano Iván Oñate, la experimentación se ha visto con fuerza en poetas como Mario Meléndez, de Chile, o Ángeles Martínez, de Ecuador, cuyos textos se caracterizan por la irreverencia ante los cánones y la métrica clásica (ver recuadro). Considera que se está marcando una tendencia muy actual con la pérdida de límites entre la narrativa y la poesía contemplativa; pero -aclara- esto supone una selección rigurosa en cuanto a la actitud de la voz poética.

Otro caso de experimentación se evidenció en el texto Algarabiónica, que leyó el colombiano José Luis Díaz Granados. “Invento palabras, uso arcaísmos, neologismos, latinazgos, variaciones”, explica el autor.

Para el autor esmeraldeño Édgar Alán García se ha pasado de la poesía etérea e intimista, a una poesía de lo cotidiano. “Bajamos del templo hasta tocar lo erótico y la resonancia telúrica pasó a ser de carne y hueso. Usamos el sarcasmo y la ironía para quitarnos el corsé y el estereotipo”.

Y si eso ocurre con las formas, las imágenes de las que se hace la poesía se baten con las que construyen los discursos audiovisuales. Acaso, por ello, algunos poetas conjugan los dos lenguajes en sus formas de expresarse o de percibir el mundo: la española Isla Carroyero es guionista de cine y TV, la israelí Margalit Matitiahu es cineasta, el ecuatoriano Ulises Estrella dirige la Cinemateca Nacional, entre otros con actividades similares.

Ante todo ello, dos temas permanecen para la poesía, el amor y la muerte. De los que el poeta español Eloy Sánchez Rosillo cree que se miran igual que siempre. “Cambian las personas, cambian los tiempos, pero el amor y la muerte no varían, el uno como la espuma de la vida y el otro como un lugar por el cual todos debemos pasar”.

La variación en las formas de la poesía

Amor constante más allá de la muerte

Francisco de Quevedo

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,

dejará la memoria, en donde ardía:

nadar sabe mi llama la agua fría,

y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

médulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará, no su cuidado;

serán ceniza, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.

La métrica

Este texto del siglo XVI, autor español, es un soneto. Con dos cuartetos de rima ABBA y dos tercetos de rima CDC (por la terminación de sus versos). Son versos endecasílabos (de 11 sílabas), que respetan las sinalefa ( que junta las sílabas que terminan en vocal, con las que empiezan en vocal).

El quinto escarabajo (fragmento)

Víctor Cabrera

Goyito Samsa soñaba con ser el quinto Beatle / un beetle marginal / si bien notorio / (por decir / : / menos que George y más que Ringo)

curtido en su moderna condición de bicho raro / dejó de crecerse el joven los pelos y la barba / y patillas de genuino escarabajo

gastaba largas horas el muchacho / rascando en su guitarra / acordes que sonaban más a Zappa que al Cuarteto / mas no quería gregorio parecerse a The Mothers Invention / porque él seguía soñando / con ser el quinto Beatle

(por su parte la familia / los vecinos la novia la mucama / los miraban de reojo / igual que quien tolera / el zumbido...

Lo más reciente

En este texto del mexicano Víctor Cabrera (1972), las líneas poéticas se dividen más bien por el ritmo que marca la acentuación en la lectura y la forma de su redacción. Predomina un carácter narrativo en tono coloquial, donde se hace presente la ironía sobre ‘La metamorfosis’, de Kafka, desde referencias musicales.

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