La mejor forma de pintar una pared es empezarla por el medio y seguir hacia sus extremos. Cuando se llegue a los detalles, como las partes cercanas a las puertas y ventanas, el trabajo debe ser más minucioso. Para eso se deben utilizar rodillos pequeños.
El rodillo es ideal para pintar grandes superficies y permite ahorrar bastante tiempo en la tarea. Esta herramienta propone un resultado parejo sin las rayas que pueden presentarse con el uso de las brochas.
Después de realizar el enlucido de las paredes interiores de nuestra casa, se debe preparar la pared de manera adecuada para poder pintarla del color de nuestra preferencia. Es ahí donde entra la aplicación de un producto llamado empaste.