Somos más útiles, vivos y en ese oscuro mundo de la cobertura hay que tener siempre claro que es una guerra, donde nadie tendrá piedad.
Un ecuatoriano fue capturado, este domingo 5 de agosto, en Colombia, acusado de secuestrar al equipo de prensa del diario El Comercio de Quito asesinado en cautiverio en abril en una zona limítrofe entre ambos países, informaron fuentes oficiales.
“¿Nos van a asesinar a todos?” , pregunta al aire Jorge Sánchez, un joven mexicano que decidió convertirse en periodista tras el secuestro y asesinato de su padre, un comunicador crítico, en Veracruz, un estado con incomparables índices de violencia contra la prensa en el continente. Con una docena de comunicadores asesinados en los últimos cinco años, Reporteros Sin Fronteras coloca a Veracruz (7,6 millones de habitantes) como uno de los tres lugares más riesgosos del mundo para los periodistas, después de Iraq y Siria. El temor que acompaña de forma permanente a los reporteros de este estado petrolero, en las orillas del Golfo de México, se acrecentó aún más con el brutal asesinato el 31 de julio del fotoperiodista Rubén Espinosa, quien se había refugiado en Ciudad de México huyendo de amenazas en Veracruz. “Uno a veces se pregunta: ¿a poco nos van a asesinar a todos? Lamentablemente, pareciera que esa es la idea”, se responde a sí mismo Sánchez. Parece “un exterminio de todo el que