Con mucho pesar recibí la noticia de la muerte de Patricio Quevedo Terán, entrañable maestro de cuarto, quinto y sexto cursos del Liceo Internacional. Sus clases de Historia Universal e Historia del Ecuador fueron un deleite de conocimiento y sabiduría. Patricio llegaba todas las mañanas para abrir la mente de sus alumnos a un cuento que narrado con su erudición permitía transportarnos a mundos distintos, épocas pasadas y decisiones que marcaron hitos en el mundo y en nuestro país.
Apenas finalizó la tremenda Guerra Civil Española, por obra de Francisco Franco Bahamonde, ocurrió un fenómeno muy singular. Y es que no se instauró un régimen especialmente severo, ni especialmente represivo, sino que se puso énfasis sobre lo doctrinario que se les planteaba a los españoles, justamente cuando habían estado en las vísperas de ocurrir los ominosos episodios de la Segunda Guerra Mundial.
Seguramente no existe en este Gobierno de miles de 'servidores', un 'funcionario' más discutido y controversial que el economista Carlos Marx Carrasco. Hay que explicar por supuesto aquella distinción entre 'servidores' y 'funcionarios'. Se trata de que como el economista Rafael Correa ejerce un poder casi absoluto acaba por opacar, 'echar sombra' a casi todos los demás integrantes de su administración. Baste notar como prueba las decenas de ministros -y de ministras, para decirlo según la terminología oficial- que han pasado estos siete años, del todo desapercibidos, anónimos.
Posiblemente ni el desconcierto que habrán sembrado dentro de las filas del 'oficialismo' las últimas encuestas anteriores a las elecciones seccionales del domingo, basten para explicar las más extrañas declaraciones formuladas durante la intensa campaña cívica. Ellas correspondieron al personero del Consejo Nacional Electoral, Domingo Paredes y se las manifestó al responder las preguntas de EL COMERCIO, cuando el funcionario dijo que sentía "desazón" a propósito de la tajante intervención del economista Correa en apoyo de los candidatos de Alianza País, no obstante el pedido de que se abstuviera de ofrecer la consabida 'homilía' de los sábados, puesto que estaba vigente el llamado 'silencio electoral'.
Es indudable que la apertura del Canal de Panamá, hace un siglo, entre los océanos Pacífico y Atlántico, revolucionó radicalmente las corrientes del comercio mundial, pero ahora ya resulta insuficiente. Los trabajos indispensables de ampliación han sufrido sin embargo, lamentables retardos y solo estarán concluidas en diciembre del 2015.
¡Hay que diferenciar bien las cosas! No se trata de decir que las afirmaciones sean erradas o imprecisas, pero sí se trata de sostener que fácilmente la obra pudo ni siquiera llegar a 'ver la luz pública' como dicen los sesudos críticos literarios.
Nunca ha estado Nicaragua tan cerca de convertirse en una monarquía como el jueves de la semana anterior cuando el Congreso aprobó con torrencial mayoría de votos sumisos, reformas a la Constitución, discutibles hasta el extremo. De ahí que siguiendo el uso de las monarquías, acaso debería ser llamado como Daniel Primero el señor Ortega, quien gobierna a esa nación, abrumada de problemas.
Ahora le tocó el turno a Evo Morales, de Bolivia. Y con ello demostró que no se diferencia ni en un ápice de toda la camada de la misma índole, sobre todo respecto de su característica más acusada, es decir de las 'fieras ansias' que ellos experimentan por eternizarse al mando de sus respectivos países.
La tragedia ocurrió poco después del mediodía, en la ciudad de Dallas, perteneciente al poderoso estado de Texas.
Nunca con más propiedad que cuando esta fecha del 11 de noviembre de 1918 pudo afirmarse que el mundo ya no sería el mismo que hasta la víspera de esta fecha. En efecto y luego de casi exactamente cuatro años de una lucha de increíble ensañamiento, habíase podido firmar el documento -el Armisticio, se lo llamó-, en el cual el generalísimo de uno de los bloques vencedores -el francés Ferdinand Foch- había especificado las condiciones del cese de fuego que, al menos precariamente, había puesto fin al conflicto.
Ha causado verdadera sensación el más reciente número de la conocida revista "Forbes". Allí consta el análisis acerca de los personajes a los que considera como los más poderosos de este cambiante y caprichoso mundo.
Impresionado por los vertiginosos cambios de la policía internacional, sobre todo a propósito de la dolorosa tragedia de Siria, el ex Canciller ecuatoriano, José Ayala Lasso acaba de escribir un ensayo acerca de lo que él llama "el renacer de la importancia de Rusia" en aquel ámbito, y lo atribuye primordialmente a la habilidad y la determinación del primer ministro, Vladimir Putin.
No hay por qué escatimar los elogios: seguramente se los merece, el singular volumen que acaba de poner en circulación la Casa de la Cultura Ecuatoriana, coincidiendo con la rendición de cuentas ofrecida por su presidente, Raúl Pérez Torres, uno de los últimos días de este cálido mes de agosto.
Han sido sentimientos agridulces aquellos con los que se han recordado los 60 años de la fecha cuando tuvo lugar el asalto del cuartel Moncada, de la capital de Cuba.
Sobre el raquítico ambiente de creación cultural, durante el primer semestre de este año, fueron dos excepciones que destacaron nítidamente, los libros de Alba Luz Mora y de Germán Rodas Chávez. El uno se llamó "Gustavo Alfredo Jácome: narrador, poeta y estilista" y el otro "Eloy Alfaro y Cuba en el siglo XIX", respectivamente.
No pudo haber en América Latina una semana más borrascosa como la semana anterior. A través de todas las escalas geográficas y día tras día sin que faltara ninguno. Todo comenzó por el escándalo de la Ley expedida en la Asamblea de Ecuador, y llegó hasta su culminación cuando al modo de un enorme cristal que se rompe, en Brasil, hasta la terminación de la paz social, una especie de luna de miel entre la Autoridad y la sociedad del inmenso país: la mitad del continente meridional.
Hace menos de una semana pasó casi enteramente desapercibida una de las efemérides principales -más trágicas también- de la nacionalidad ecuatoriana.
Algunas veces hemos notado que por ironía, las noticias más pequeñas suelen ser las más significativas y reveladoras, pero acaso nunca resultó tan evidente como el lunes anterior, con un despacho que se originó en Moscú.
Más allá de las apariencias superficiales, es decir del ruido de las 'camaretas' y el pungente olor de la pólvora que acompaña a los juegos pirotécnicos, ha de reconocerse objetivamente que la inauguración del nuevo período del economista Rafael Correa Delgado fue opaca y hasta casi mediocre.
Con toda la fanfarria que se acostumbra al anunciar una de las medidas 'soberanas' que impresionan a nuestros pueblos, el presidente de Bolivia Evo Morales reveló que había decidido expulsar de su país a los integrantes de la misión con la que Estados Unidos suele canalizar sus programas de ayuda.