¿Ha notado que su hijo pequeño se frota mucho los ojos? ¿Le duele la cabeza después de mirar televisión? ¿No enfoca bien los objetos? ¿Frunce el ceño? o ¿Desvía los ojos? Si su respuesta es afirmativa en al menos una de las preguntas, es probable que su hijo tenga problemas de visión.