Todavía falta cumplir con la mitad de lo que estaba previsto para la jornada y el estómago se queja. Es hora de comer pero el trabajo no está terminado. Se encuentra en la oficina, la calle, la universidad, no tiene tiempo para cocinar y busca lo primero que encuentra para saciar el hambre. Una hamburguesa o unas papas resultan más rápido y un caramelo para endulzar la boca. Luego, en casa, rebusca en la despensa y encuentra un cartón de fideos que se preparan al instante: es lo más fácil para cocinar sin tanto esfuerzo.