El chino Mo Yan, que recibió hoy en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura, describe en su obra un pasado de China que "es una revisión convincente y mordaz de cincuenta años de propaganda".
Mo Yan ha llegado a Suecia rodeado de polémica por su posición sobre la censura del Gobierno chino y su actitud hacia su colega encarcelado Liu Xiaobo; tal vez esto pase también al anecdotario que se alimenta año a año con el Nobel de Literatura.
Ai Weiwei está indignado. "Vergonzoso" e "impensable" son los adjetivos que utiliza el artista para definir cómo el Nobel de Literatura 2013 defiende "este malvado sistema" y la censura en China. "Es una vergüenza", dijo hoy en Pekín. En su opinión, Mo Yan es un "guardián del sistema dictatorial, y a la vez, se aprovecha de ello". Al igual que otros intelectuales, a Ai Weiwei le indigna que su compatriota no dé importancia a los recortes de la libertad de expresión en China y, con ello, la represión de quienes piensan de manera diferente al régimen. La censura es "necesaria", al igual que los molestos controles de seguridad en los aeropuertos, dijo Mo Yan el jueves en Estocolmo durante la tradicional conferencia de prensa de los premiados. "Es necesario censurar las calumnias, difamaciones, rumores e insultos". Con sus palabras, Mo Yan se situó para muchos intelectuales chinos cien por cien en línea con el departamento de propaganda del Partido Comunista. Ellos se encargan en China de
Al inicio de la rueda de prensa hoy en Estocolmo, el premio Nobel de Literatura 2012, el chino Mo Yan, comentó esbozando una leve sonrisa que le presentaron esa comparecencia ante los medios como algo "muy terrible".
¿Genial narrador, oportunista político o una compleja mezcla de ambos? La llegada a Estocolmo del chino Mo Yan para recoger el Premio Nobel de Literatura ha desatado una enorme expectación. Ayer se le esperó en la gélida capital sueca.
La esposa de unos de los miembros del jurado del Premio Nobel habló demasiado y otro miembro es objeto de las críticas en los medios por ser un supuesto "estafador". Una semana tras la concesión del Nobel al chino Mo Yan, en Estocolmo se ha desatado de nuevo la polémica en torno al premio literario más famoso del mundo.
El público chino respondió hoy con furor a la puesta en venta del nuevo libro del nobel Mo Yan, una colección de tres obras que la editorial del autor ha lanzado con anticipación para aprovechar el apogeo de la "Mo-manía", como han bautizado al fenómeno los medios chinos.
Con la imposibilidad de entender el significado y el ser profundo del pensamiento, la cultura y las artes chinas, ensayamos -occidentales como somos- una aproximación hacia el desarrollo de su literatura. Tropezamos y solo la curiosidad nos levanta para mirar nombres y años, poemas y títulos, referencias mitológicas y revoluciones culturales.
Con el Nobel de Literatura 2012 para Mo Yan son dos los autores chinos que han recibido el máximo galardón de las letras universales. El primero fue Gao Xingjian, en el 2000; aunque este siempre entró en el debate pues se lo consideró un premio político: un reconocimiento a la disidencia de los intelectuales chinos, más que a la calidad de su narrativa.
Mo Yan, ganador del Premio Nobel de Literatura 2012, empezó a escribir a sus 21 años, cuando aún formaba parte del Ejército Popular de Liberación. Su estilo ha estado marcado por una mezcla entre la fantasía y la perspectiva social, logrando retratar a la China contemporánea de manera particular. El pseudónimo Mo Yan, que significa "no hables", fue escogido por Guan Moye, quien es hijo de la Revolución Cultural China.
Las baladas de ajo (fragmento) Una doctora vestida de blanco apareció en la puerta, con las manos protegidas por unos guantes de goma que le llagaban a la altura del codo, por donde resbalaba, principalmente, un reguero de gotas de sangre. El hombre corrió a su encuentro. -¿Qué ha sido doctora?
El escritor chino Mo Yan dijo este jueves por la noche que está “feliz” con su premio Nobel de Literatura y prometió “esforzarse más” en sus escritos, en su primera reacción proporcionada por los medios estatales.