El triunfo de Alianza País en las pasadas elecciones que logra ubicar 100 asambleístas de su movimiento en la Asamblea Nacional, ha desatado, en sus miembros, una ola de euforia, prepotencia, intolerancia; con declaraciones altisonantes manifiestan "que la oposición no puede exigir nada" porque "son perdedores".