Lindo gesto pedir perdón. La Defensoría del Pueblo lo pidió a los perseguidos, apresados y torturados durante el gobierno de Correa, por quienes el Defensor del Pueblo anterior no hizo nada pese a ser su obligación –por ley y por conciencia- proteger a las víctimas.
Patricia Ochoa y Alexandra Córdova, ¡qué mujeres! Son la esposa, la madre, buscando justicia por el asesinato de su esposo, y la desaparición y posible crimen de su hijo.
Dejó ese trabajo y se dedicó a relatar historias humanas para Últimas Noticias. Le pidió a su jefe de redacción le diera trabajo a tiempo completo, no lo hizo. Sin darse por vencida siguió escribiendo sus historias hasta un jueves de 1978 cuando recibió una llamada telefónica sorpresiva.
‘… Yo era seguido por la Policía tres meses antes… Mi móvil tenía interferencias, a veces me llamaban y colgaban, los carros daban vueltas a la manzana, los agentes vestidos tanto de civil como de policías...”.
Una mañana llegó a mi oficina, en Vistazo, un jovencito flaco, de cabello rizado. Dijo llamarse Christian Zurita. Quería hacer una pasantía, le dimos la oportunidad. Pocos confiaban en él, yo sí porque notaba cómo a sus 20 años él hacía un tremendo esfuerzo para conseguir los documentos probatorios de tal o cual afirmación. Sus primeras notas, ‘light’, se publicaron en septiembre de 1994. El equipo estaba involucrado en la denuncia y debía buscar historias en esa línea. A los pocos meses descubrió que se traficaba marihuana líquida. Sus temas adquirían matiz de denuncia y los trabajaba como el orfebre una joya, porque la investigación periodística de denuncia es igual a un trabajo de orfebrería donde se enlazan con precisión los hechos y dichos con las pruebas: documentos, grabaciones, imágenes. Algunos van más allá, a la persecución del personaje, pruebas de alcoholemia, detector de mentiras. Eso ya es pesquisa policial, show, que no encaja dentro del periodismo de investigación ecuat