Los deberes no se impetran, sirven para ser cumplidos.
Me acerco a la ventana y contemplo la plaza desolada; nadie, nada, salvo una espesa neblina que cae implacable.
Visionario, deslumbrador, utopista y batalló por un país de abundancia.
La fotografía de Rulfo es un registro de su fibra más íntima.
Las manos no solo cautivan y retienen, sino que meditan, vuelan y sueñan.
Cuando el yaraví quiso bailar sin renunciar a su aire de melancolía, salió a la luz el albazo.
¡Con errores o trampas tejemos nuestros caminos!
Los seres humanos somos la enfermedad más que la curación.
Wilder cautivó al mundo con su genio.
Es la mortal tensión, iluminada por el rayo que desgarra la oscuridad del principio y del fin.
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca”.
El cine, arte híbrido y tardío, es capaz de llevar la literatura a su cosmos.
Oswaldo me dejó sus abrazos. Su dignidad. Su insumisión ante el poder.
Si el “tango es un pensamiento triste que se baila”, el bolero es deseo con visos de nostalgia.
¿Quién no guarda un bolero en su bitácora de amores olvidados?
La palabra amor proviene de una voz antigua: mamma, amma… que entraña volver al origen.
Conocer significa nacer juntos.
Los resentidos tienen una memoria pertinaz, inabordable al tiempo, y de ella viven.
Entre lágrimas y sonrisas alumbradas de nostalgia, despedimos el año.