La mayoría de cómics que han aparecido en los últimos años están poblados de superhéroes con estilo relajado y villanos con ínfulas de resolverlo todo con un chasquido de dedos. Sin embargo, hay dibujantes y guionistas que han decidido apostar por contar historias de personajes reales vinculados a la política.
Sudáfrica rendía homenaje este martes 3 de abril del 2018 al “espíritu combativo” de Winnie Mandela y preparaba varios eventos para recordar la vida de esta militante tenaz contra el régimen del apartheid y exesposa de Nelson Mandela.
No. Se trata del preso político venezolano Leopoldo López, cuyo caso es parecido en lo brutal, pero distinto en las causas. El líder africano y mundial fue condenado por razones racistas y el llanero por razones exclusivamente políticas, fraguadas en ese escenario de poder y miedo que es el socialismo del siglo XXI en América Latina. Ninguno de los dos casos fueron o son sorpresas, tratándose de víctimas juzgadas por regímenes que se sostienen en esa amalgama perversa del poder con la justicia y los organismos de control. Aunque sea un alud la indignación e ira a nivel mundial con excepción de la OEA, Unasur y la Alianza Bolivariana, no importa en el caso de Leopoldo López si son 13 años, meses, días y horas. Pudieron ser 8 o 15 años. Todo dependía como estaban en el día de la sentencia los humores en el Palacio de Miraflores.