En el libro ‘Un metro de bosque’, el biólogo estadounidense David George Haskell registró las transformaciones y fenómenos -grandes y pequeños- que se suscitaron durante un año en 1 m² de un bosque de Los Apalaches.
Pablo Cardoso plantea en su más reciente serie de pinturas una suerte de “autorretrato amplificado” alrededor de la casa-taller en la que ha vivido casi 20 años en Cuenca (Azuay), frente a la inminencia de abandonar la vivienda en la que vive con su esposa y su hijo de tres años. Se trata de un viraje hacia el intimismo y la autorreferencialidad de un artista cuyas preocupaciones se han centrado en los problemas que aquejan al medioambiente y sobre todo en la noción del paisaje, que ha marcado su obra de los últimos 17 años.