Cuando Andrés, su hijo menor, llegó con la cabeza rapada como muestra de solidaridad, Maribel Morejón supo que era hora de despojarse del miedo que le causaba el cáncer de mama. Secó sus lágrimas y aceptó la enfermedad, que afectó a tres mujeres más de su entorno: abuela y dos tías.
Una mujer uruguaya se negó a realizarse una mamografía, obligatoria para obtener el carné de salud laboral, y un Tribunal de lo Contencioso falló a su favor, en defensa el derecho a no someterse a procedimientos médicos sin su consentimiento.