La imposición de regulaciones gubernamentales nacionales (o supranacionales como en el caso de Europa) cada vez más rigurosas respecto de las emisiones contaminantes de los vehículos, obliga a los fabricantes a desarrollar tecnologías más amigables con el medioambiente.
Utilizar los productos adecuados en los plazos indicados tiene incidencia directa en la fiabilidad del vehículo.
Hasta hace algunos años, la evolución de los lubricantes se orientaba hacia la búsqueda de una mayor eficiencia en la limpieza del motor, la minimización del desgaste de los componentes internos y la ampliación de los intervalos de cambio. No obstante, en años recientes la investigación y el desarrollo también se han enfocado en el cuidado del medioambiente.
Por lo general, los fabricantes de lubricantes elaboran sus productos bajo especificaciones proporcionadas por los constructores de vehículos, con el fin de satisfacer los requerimientos específicos de protección, refrigeración, limpieza y demás tareas que el aceite cumple en el motor.
Una de las principales dudas a las que se enfrentan los dueños o usuarios de vehículos a la hora de cambiar el aceite del motor es por cuál optar, en un mercado que pone a disposición una amplia variedad de tipos y marcas.
Aunque la mayoría de propietarios o usuarios de vehículos sabe que el aceite del motor debe cambiarse de manera periódica, son pocos los que conocen de manera detallada la función que este cumple y su importancia.
En la búsqueda de combustibles y lubricantes más eficaces y amigables con el medioambiente, las grandes empresas energéticas mundiales invierten muchos recursos en investigación y desarrollo.
El mundo automovilístico se desarrolla a una velocidad impresionante gracias a la evolución tecnológica. Cada una de las piezas que conforman un vehículo son obras de ingeniería pura y su cuidado se vuelve más complejo con cada avance.
Al ser uno de los elementos más importantes en el cuidado del motor, el aceite debe ser revisado y cambiado periódicamente para que cumpla a la perfección con su funcionamiento diario.
Para que un vehículo sea confiable en el uso cotidiano, el motor debe recibir atención cada cierto kilometraje o tiempo.
La evolución tecnológica en materia de lubricación de motores muestra grandes avances respecto de la oferta tradicional.
Pese a ser un procedimiento muy básico del mantenimiento vehicular, aún hay cierto desconocimiento entre los usuarios respecto del cambio de aceite, sus plazos y otros aspectos.
El motor de un vehículo es una máquina térmica que funciona a alta velocidad de rotación, con numerosas piezas móviles internas que están sometidas permanentemente a rozamiento mutuo.
Un lubricante está compuesto esencialmente por una base más los aditivos. Las bases lubricantes determinan la mayor parte de las características del aceite, tales como: viscosidad, resistencia a la oxidación, punto de fluidez. Las bases lubricantes pueden ser minerales (derivados del petróleo) y sintéticas (químicas).
El cambio de aceite debe hacerse cada 20 mil kilómetros o entre tres y seis meses (según el tipo de aceite que utilice). El cambio debe ser más frecuente si el vehículo se utiliza en condiciones de arrastre de remolque, caminos polvorientos, trayectos breves (menos de 7 - y 8 km) y frecuentes, si el motor funciona a menudo en ralentí o recorre distancia largas a baja velocidad, como: taxis, entregas a domicilio o vehículos estacionados por largo tiempo.
La grasa se utiliza como lubricante desde hace muchos siglos. Los usos más antiguos remontan a 4 000 años antes de nuestra era. En aquella época los egipcios recurrían a la grasa para resolver los problemas de fricción en sus carruajes.